La galería Guillermo de Osma presenta una exposición dedicada a la obra del artista argentino César Paternosto (La Plata, 1931), compuesta por 21 piezas realizadas recientemente (del 21 de noviembre de 2017 al 15 de enero de 2018). La exposición se presenta de forma paralela a la muestra César Paternosto. Hacia una Pintura Objetual, comisariada por el mismo artista en el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid, y donde se confronta su obra con las de Pablo Picasso, Juan Gris, Piet Mondrian y Joaquín Torres-García.
Ésta es la tercera exposición que la galería Guillermo de Osma dedica al artista argentino, después de las realizadas en 2006 y 2010. En ella, César Paternosto presenta un trabajo profundo y esencial, que manifiesta su continua necesidad de evolucionar hacia nuevas soluciones plásticas. Sin romper con su trabajo anterior, y recurriendo a elementos geométricos básicos habituales en su producción y a tonalidades utilizadas en el pasado, el artista consigue hacer algo absolutamente novedoso en su larga trayectoria.
César Paternosto, uno de los más importantes representantes del arte geométrico latinoamericano, comenzó su andadura artística a finales de los años 50, cuando decidió abandonar su profesión de abogado para dedicarse por entero a la pintura, su gran pasión.
Tras realizar varias exposiciones y participar en importantes eventos artísticos, en 1967 el MoMA adquirió una obra suya, hecho que le animó a trasladarse a Nueva York. En esta ciudad –su lugar de residencia hasta 2003–, desarrolló la mayor parte de su carrera, consolidando su arte y exponiendo varias veces en Denise René, la galería de referencia especializada en arte geométrico. También ha expuesto en destacadas galerías del circuito de Nueva York como AM Sachs, Mary Anne Martin o Cecilia de Torres. Asimismo, su actividad expositiva se ha desarrollado en otras ciudades, como Buenos Aires, Bogotá, Düsseldorf, París, Zurich, Barcelona y Colonia, entre otras, y su obra se encuentra en importantes museos y colecciones del mundo como el Guggenheim, el MoMA, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza o el Museum of Fine Arts of Boston, entre otros.
La gran aportación plástica de Paternosto se produjo en 1969, cuando comenzó dejar el frente del cuadro en blanco, para trabajar solamente los cantos, usando para este fin unos bastidores más anchos de lo normal. El cuadro aparece como un objeto escultórico que sobresale del muro, frente al cual el espectador –una vez eliminada la visión exclusivamente frontal– se ve obligado a deambular en torno a la obra para obtener la “visión integral”.
Con el paso del tiempo, sin dejar de trabajar los cantos, comenzó a introducir líneas verticales y luego horizontales en el frente del lienzo, acentuándose a partir 1975, cuando en un viajó a Perú toma contacto con el arte de la cultura Inca. Esta experiencia dio un nuevo impulso a su obra, ya que la geometría tomó un papel relevante en su obra, convirtiéndose en una senda nueva a explorar. Paternosto se unió a una corriente de investigación estética que desde la geometría de Joaquín Torres-García unificó los conceptos de arte de Vanguardia y tradición Indoamericana uniendo, por tanto, modernidad y raíces, así como futuro e identidad. Este ha sido uno de los temas centrales de César Paternosoto, que no sólo desarrolló en su obra plástica, sino también en sus ensayos, sobre todo en la exposición “Abstracción. El paradigma Amerindio”, presentada en el 2002 en el IVAM de Valencia.
En los últimos años cabe destacar su participación en muestras institucionales de relevancia como “América Fría” en la Fundación Juan March o “La Invención Concreta” en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, y un gran mural en la reciente ampliación realizada por Rafael Moneo de la estación de Atocha de Madrid.
Con motivo de la exposición en la galería se editará un catálogo con textos de Lorea Rubio, donde se incluirán todas las obras que componen la muestra.
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