El último trabajo llevado a cabo por el artista Marc Montijano, titulado Matar a la madre, reflexiona sobre la violencia vicaria, aquella violencia que tiene como objetivo dañar a la mujer a través de sus seres mas queridos, sus hijos. Este tipo de violencia busca conseguir causar un dolor extremo a la madre, aunque no se la asesine directamente, de alguna manera la mata.
En
su performance, Montijano se centra en la ausencia y el desgarro de la madre,
un tema extremadamente duro que aborda desde una óptica íntima. La acción
indaga en el sentimiento de soledad y de pérdida que va mucho más allá del
plano físico. Creando un clima con una fuerte carga psicológica, en el que
explora el vacio a través de una madre, que sentada en una mecedora, abraza el
aire ante la ausencia de su hijo arrebatado. Mientras, completado el ambiente, se
interpretaba una nana, en directo durante la performance.
El
asesinato de los hijos, para dañar a la madre, es una de las formas más
retorcidas y malvadas de la violencia de género. El artista bucea en la figura
de la madre y sus sentimientos de ausencia y profundo vacío. En esta acción ha
puesto el foco en las emociones de la madre, indagando en esa herida abierta
que sabe que nunca va a cerrar.
La
violencia de género es un tema que el artista ha trabajado en varias ocasiones,
como en la performance De cuerpo presente realizada en Madrid
en 2018 o Invisibles en el CAC Málaga en 2010. E incluso el
proyecto Metamorfosis, que es la base de su característico universo, surge por
una performance en apoyo a las mujeres víctimas de violencia hacia la mujer.
Sobre
la performance Marc Montijano ha indicado:
“La
violencia que se ejerce contra la mujer es un problema de toda la sociedad,
aunque la sufran las mujeres, por eso creo que las soluciones no serán
efectivas si se quedan exclusivamente en el núcleo femenino, la lucha debe ser
global. Los hombres son los causantes de este mal, son los que deben cambiar. Y
por eso es importante que seamos partícipes, que nos impliquemos y
visibilicemos el problema, para operar un cambio en la mentalidad masculina.
Entiendo
mi papel como observador de la sociedad, retrato nuestro tiempo con todos sus
demonios. Creo en el arte como herramienta social, para dar visibilidad a
diversas problemáticas, invitar a pensar y, con suerte, sembrar ideas y generar
cambios”.
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