El Centro de Arte Contemporáneo de Málaga muestra Relatos del alma hasta 15 de octubre. La exposición reune cincuenta y cinco fotografías de Danielle van Zadelhoff que revelan la extrema sensibilidad que la caracteriza en su primera exposición en España, donde puede apreciarse sus fotografías existencialistas y de temática religiosa. Influenciada por los pintores del Renacimiento y el Barroco como Rembrandt, Caravaggio o Murillo, van Zadelhoff se centra en el claroscuro, el contraste entre la luz y la sombra. La artista emergente holandesa cuida cada detalle mostrando la luz que incide en los cuerpos y las miradas que retrata, consiguiendo que los personajes de sus obras miren en lo más profundo del espectador, descubriendo lo que parecen sus propias almas, pero que, en realidad, se trata del alma reflejada como en un espejo de la fotógrafa.
El trabajo de la artista neerlandesa se basa en el existencialismo de Sartre, Simone De Beauvoir o Willem Frederik Hermans, todos ellos, autores que la artista ha estudiado y leído. Cree firmemente, que cada persona es única, responsable de sus propios actos y del sentido personal que le da a su vida.
Los retratos de Danielle van Zadelhoff están marcados por la inspiración y el misticismo. Recuerdan a los retratos flamencos al óleo del s. XVII. El gran entendimiento del dilema de la humanidad es capturado por las cámaras y presentado por la fotógrafa. Danielle quiere mostrar las emociones de los humanos. Para ella, el arte es algo tan habitual y normal como el respirar, algo que puede parecer simple a primera instancia, pero que realmente si reparamos en todo lo necesario para respirar, además del aire, los músculos y órganos que toman parte, caemos en la cuenta en que es un hecho nada sencillo. Su fotografía es sencilla y compleja a la vez, y sus modelos no usan apenas maquillaje ni ella utiliza Photoshop para el retoque de los mismos.
Danielle retrata su personalidad, su forma de ser, sus preocupaciones y sus obsesiones. Su trabajo tiene una cualidad autobiográfica verdaderamente excepcional, tienen mucha importancia tanto el modelo como la idea de un autorretrato a través de un modelo distinto al autor. Prepara los vestidos y los peinados con la pretensión de distanciar el momento temporal del retratado. Trabaja de una manera muy instintiva, se fija en una persona que le dé buena sensación y después, intenta captar su espíritu.
Relatos del alma se divide principalmente en fotografías de temática religiosa, por un lado, y de sentimientos por otro. Pero, las fotografías de temática religiosa no solo representan personajes bíblicos, sino que Danielle retrata los sentimientos de los mismos. Admite que su trabajo está influenciado claramente por la religión, y es que ella estudió en un colegio protestante y pasaba mucho tiempo con su abuela, de religión católica.
Sus personajes nos exponen, bien con sus gestos o sus posturas, las diferentes emociones que la fotógrafa ha querido retratar. El rostro humano es capaz de expresar una inmensa gama de emociones y sentimientos mediante diminutas acciones musculares, la mayoría de las cuales son involuntarias y corresponden a emociones efímeras. Hasta las emociones extremas de júbilo, ira o dolor, se expresan espontáneamente, y es muy difícil fingirlas de modo convincente. Los pintores académicos del s. XIX habían aprendido a observar los efectos de la luz sobre rostros vaciados en yeso, por lo que era habitual entre ellos pintar los modelos vivos partiendo de ideas preconcebidas sobre la luz. Quizá en muchos casos el convencionalismo pictórico pasará desapercibido, pero cuando el artista intentaba un retrato al exterior aparecían a menudo discrepancias entre las convenciones de la iluminación de la cara y el efecto aparentemente natural de la luz sobre el paisaje. La percepción del rostro humano en la vida diaria implica a menudo muchas fuentes de luz simultáneas. De igual modo, el retratista puede enfrentarse a un motivo iluminado desde múltiples puntos. Ello producirá una plétora de sombras proyectadas y tal vez complique la representación de los volúmenes en determinados rostros.
Para Danielle, el huevo es el origen de la vida. En Fragility, 2016, la primera foto de una serie, la modelo está tratando de proteger el huevo, y en la segunda fotografía está tomando distancia de él. Por fin, la tercera imagen muestra que el huevo está roto. De esta manera, Danielle, quiere mostrar que en este mundo no se puede proteger nada, no se puede evitar que sucedan las cosas, como es inevitable perder a los seres queridos. Todos necesitamos aprender el difícil arte de dejar ir las cosas.
Para Danielle, el uso del retrato y la escena es una disculpa para explorarse a sí misma, para filtrar sus opiniones y sus dudas, sus deseos y sus aspiraciones, lo que hace que sea la misma artista quien se autorretrate en cada una de esas escenas. Recuerda vagamente al transformismo de Cindy Sherman que se convierte en su propio alter ego, a la manera duchampiana de Rrose Sélavy. El origen de su teoría artística se acerca más al de la artista Louise Bourgeois que impregna con sus preocupaciones, inquietudes, ideas, sentimientos y deseos cada una de sus esculturas. De ahí que la temática principal de Relatos del alma sea la mujer, mujeres del pasado, y las preocupaciones de la mujer del presente, de la propia artista.
Danielle van Zadelhoff nace en 1963 en Amsterdam, Países Bajos. Ha realizado exposiciones individuales en Persmuseum, Amsterdam, Países Bajos en 2014; “From deep within” en Fotogalerie Utrecht , Países Bajos en 2014; “From deep within” NUNC Contemporary Antwerpen, Bélgica en 2015 o Memling museum St Janshospitaal, Brujas, Bélgica en 2016. También ha participado en exposiciones y proyectos de manera grupal en London design museum UK “Fear and Love Reactions to a complex world” en 2016 y próximamente en CRAF Udine Italy Woman and photography, Údine, Italia en septiembre de 2017.
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