lunes, 10 de abril de 2017

Una mirada al último medio siglo del realismo español en el Museo Carmen Thyssen Málaga

El Museo Carmen Thyssen Málaga ha presentado su nueva exposición temporal La apariencia de lo real. Cincuenta años de arte realista en España (1960-2010), en la que se propone un cruce de miradas entre el realismo español de la segunda mitad del siglo XX y la tradición naturalista del Barroco y el realismo del XIX.

La muestra, que puede visitarse hasta el próximo 10 de septiembre, está compuesta por un total de 54 obras organizadas en cuatro secciones: Naturalezas vivas, Realidad figurada, Luces interiores y A pleno sol, la exposición recoge piezas de pintores y escultores realistas españoles de tres generaciones consecutivas que se confrontan a las de artistas de los siglos XVII, XVIII y XIX. Se trata de un grupo heterogéneo de creadores y el panorama mostrado recoge la riqueza del realismo como corriente estética, con propuestas personales muy diversas, desde el realismo, la figuración, el realismo mágico, el hiperrealismo o el fotorrealismo, estableciendo a su vez interrelaciones con obras del pasado.

“Este hecho nos permite mostrar lugares comunes del realismo contemporáneo con la tradición”, afirma la comisaria de la muestra y directora Artística del Museo, Lourdes Moreno, que añade que “para evidenciarlo hemos provocado un diálogo con maestros que han inspirado a los realistas contemporáneos”. “Es sugerente y enriquecedor encontrar obras alejadas por más de trescientos años en las que se observa una sorprendente cercanía, y otras que demuestran una profunda renovación, a partir de la premisa de que el arte realista tiene que ser testigo de su época”, destaca.

En este sentido, se encuentran, en un primer lugar, los denominados ‘Realistas de Madrid’, grupo en los que se integran nombres como Antonio López, Francisco López Hernández, Julio López Hernández, María Moreno, Isabel Quintanilla y Amalia Avia. A ellos se suma el chileno Claudio Bravo, perteneciente a su misma generación; artistas nacidos en los años cuarenta como Cristóbal Toral y Eduardo Naranjo, y los que lo hicieron en la década de los cincuenta, representados por Gerardo Pita, César Galicia y Manuel Franquelo, siendo la primera vez que Pita y Galicia exponen con el resto de artistas seleccionados.

Entre los pertenecientes al siglo XVII español, se recogen pinturas de los autores Miguel de Pret, Francisco Zurbarán, Juan van der Hamen y Juan de Arellano; a los que se suman Luis Meléndez y Alonso Miguel de Tovar del siglo XVIII. Mientras que del siglo XIX, se han elegido para la muestra obras de Bartolomé Montalvo y Pere Borrell del Caso. El conjunto expositivo se completa con los artistas internacionales Jacobus Vrel y Eduard Gaertner.


En la temática del bodegón, el realismo actual recupera la naturalidad de lo cotidiano, frente a la tradición que mostraba composiciones sencillas pero con una disposición de los objetos artificiosa. Es el caso de las obras de Zurbarán, Juan van der Hamen o Juan de Arellano, en el siglo XVII o de Luis Egidio Meléndez en el siglo XVII. Excelentes ejemplos de naturalezas muertas de la mejor tradición del barroco español o seguidoras de ella. Frente a una gama cromática oscura, la del pasado, algunos pintores actuales muestran una paleta clara y llena de luz. “Es el reino de la luz, a partir de los blancos, en el caso de Antonio López o Eduardo Naranjo, aunque en el mundo de los grises habitan las obras de Franquelo o César Galicia, unidos en un tema de bodegón más urbano con influencia americana”, señala Moreno.

En el apartado de Naturalezas Vivas, los pintores del barroco español utilizan recursos que consiguen el efecto de engañar al espectador, con unas composiciones sobrias y austeras, en las que se presentan utensilios y viandas de la vida doméstica. Mientras que en la sección de Realidad figurada, las reminiscencias de la tradición clásica utilizadas por los realistas de la generación de los años 30 están muy presentes. Es el caso de Francisco López Hernández, con su ‘Niña sentada’, que presenta evocaciones del periodo helenístico, o de Antonio López, con su atemporal escultura ‘Hombre’.

Por su parte, en el apartado de Luces interiores se pueden apreciar los juegos de perspectivas que muestran el espacio doméstico, el lugar vivido, huyendo del interior hacia el exterior o no mostrando nada. La presencia humana, imprescindible en los interiores del pasado, se ausenta en los pintores contemporáneos. Por último, en el apartado A pleno sol se puede contemplar como los realistas españoles han sabido incorporar las representaciones del paisaje y las panorámicas urbanas tan poco frecuentes en la tradición española.

Las obras utilizadas para esta exposición provienen, además de la colección de la baronesa Carmen Thyssen, del Museo del Prado, Museo Thyssen-Bornemisza, Museo Reina Sofía, Museo de Arte Contemporáneo de Madrid y el Museo Nacional d’Art de Catalunya, entre otros prestadores institucionales y particulares, tanto españoles como internacionales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario