jueves, 17 de octubre de 2013

Laura Mema en La Fresh Gallery


“Un par de medias no es menos apto para hacer pintura que la madera, los clavos, la trementina, el óleo y la tela”. La simpleza descriptiva de una declaración de Robert Rauschenberg amplia aquello que la práctica pictórica de Laura Mema apunta. Sin ningún tipo de acopio homogéneo óleo, tela y pincel son reemplazados por tul, papel, cúter, bisturí, pegamento y luz negra. La ampliación formal no responde tanto a una voluntad por desmitificar el vocabulario pictórico como a la necesidad de incorporar materiales que permitan estados hipnóticos y sumatorias compositivas. El componente imaginativo y ficcional de este conjunto de imágenes posterga la narración para sumergirse en los aspectos constructivos y en sus infinitas posibilidades visuales.

El ocultista inglés Aleister Crowley intervino la expresión fónica que permite filtrar la magia “abracadabra” hasta obtener “abrahadabra”, para Crowley, la expresión mágica de lo visible. Esta “h” expresa el aliento de la vida y sintetiza una forma particular de creación. Bajo tales postulados, el ideólogo de sociedades secretas y antidogmáticas como Golden Dawn o Thelema, reinventó las cartas del Tarot con imágenes extraídas, en su mayoría, de diversas iconografías egipcias. Laura Mema, al igual que el mago ceremonial, elabora un tarot compuesto por los 22 arcanos mayores que representan los arquetipos universales y a la vez constituyen la columna simbólica de la psiquis humana. Estas cartas, cuya multiplicidad visual no conforma una estructura cerrada, permiten entrever las energías que conducen la materia y guardan una estrecha relación con los ciclos temporales mayas y los “cuasicristales”. Estos cristales, encontrados en Siberia, poseen características diferentes a las estructuras cristalinas convencionales, son figuras únicas que si bien están construidas a través de unidades, nunca se repiten. Sin embargo, a pesar de haber roto las leyes de la simetría, son capaces de conformar estructuras regulares a través de encastres. La noción espiritual de tales geometrías radica en el hecho de que cada cristal es entendido como un portador de formas puras.

Frente al dibujo inimaginable del universo en expansión Laura Mema ofrece un modo de visualización que huye de la sistematización propia de un patrón. La expansión de ese estado móvil, entendido como un conjunto informe de líneas y bloques energéticos, construye entornos donde la visualidad es expresada a través de pulsaciones. Esta iconografía que señala la movilidad del entorno y nuestra particular detención perceptiva es la réplica de ese universo que no completa su modificación. Capas de transparencias, formas y colores producto de un tipo particular de superposición, materias porosas, luz y sombra. Lo que vemos, pero también lo que un conjunto de usos culturales invisibiliza. La gramática de la artista no nombra la experiencia inmediata sino aquella que puede acontecer en otro grado perceptivo.

Texto: Mariano Mayer

“Abrahadabra", de Laura Mema
Del 17 de Octubre al 22 de Noviembre de 2013.
La Fresh Gallery  C/Conde de Aranda 5, Madrid

No hay comentarios:

Publicar un comentario