miércoles, 29 de marzo de 2017

Cine Wuxia, en el Círculo de Bellas Artes

El Círculo de Bellas Artes estrena un ciclo de cine Wuxia a partir del próximo 1 de abril. Este tipo de cine, desarrollado con maestría en Taiwán, tuvo en el director King Hu su máximo exponente. Aunque se originó a principios del siglo XX, fue a finales de los años 60 y comienzos de los 70 cuando se vivió una edad de oro para el género wuxia (unión de artes marciales y caballería), en gran medida, debido al enorme éxito de La posada del Dragón (Drangon Inn), una película imprescindible por lo que significó en su época y por toda la influencia que ha tenido en el cine posterior: todo un clásico de culto.

Además de por sus coreografías y por un montaje acrobático e innovador, este género se caracteriza por el Código Xia que impregna sus historias: los héroes de sus historias se basan en un código de honor según el cual, el caballero tiene que ayudar a los necesitados, nunca puede usar las artes marciales para su propio beneficio y siempre debe respetar a su maestro.

Desde el próximo 1 de abril, el Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes, en colaboración con la Oficina Enocómica y Cultural de Taipei, dedicará un ciclo al cine wuxia. Se podrán ver los principales trabajos de King Hu, el gran cineasta del wuxia taiwanés: La posada del Dragón y Un toque zen (A Touch of Zen, 1971), para muchos, su mejor película. El ciclo de completa con otros cinco títulos que darán una visión completa de la popularidad y variedad de temas y registros de este importante género.

- El Monte del Dragón Volador. (Chen Hung-Min, 1971)
Chen Hung-Min empezó su carrera como montador de La posada del Dragón, la obra maestra de King Hu. En El Monte del Dragón, prestó especial atención al diseño y la coreografía de cada escena de acción, desde las peleas y persecuciones hasta las secuencias de cabalgadas y carros, creando momentos dotados de tanta tensión sensorial como dramática.

- Una gran pasión. (Yang Shih-Ching, 1971)
El director de este tenso drama histórico participó en la producción de La Posada del Drangón y Un toque zen. Impulsada por relaciones complejas y un relato vívido lleno de giros y sorpresas, la película logra reconstruir convincentemente la arriesgada rebelión contra los Jin durante la Dinastía Song del Sur, conduciendo a los espectadores a través de una serie de escenas de suspense.

- El maestro de la espada. (Joseph Kuo, 1968)
Se trata de una de las más famosas películas wuxia taiwanesas. Sus escenas de acción mezclan la escuela del norte de las artes marciales chinas con el bushido japonés y plantea cuestiones filosóficas, introducidas por el conflicto interno del protagonista entre la venganza y el perdón.

- Un toque zen. (King Hu, 1971)
Al mismo tiempo wuxia, relato de una búsqueda espiritual y estudio de la naturaleza humana, Un toque zen sigue siendo una obra clave en la carrera de King Hu, caracterizada por una coreografía desbordante de acción, impresionantes paisajes en formato panorámico y un montaje innovador que le valió un premio especial a la técnica en el Festival de Cannes.

- La posada del Dragón. (King Hu, 1969)
Inspiración explícita para Quentin Tarantino en Kill Bill y para Ang Lee en Tigre y Dragón, esta obra esencial cambió para siempre el género Wuxia. Las estilizadas composiciones del director de fotografía, Hua Hui-Ying, capturan escenas milimétricamente coreografiadas. Esto, junto con el innovador montaje de Chen Hung-Min, hace que los personajes parezcan volar.

- Una ciudad llamada Dragón. (Tu Chung.Hsun, 1970)
Una trama de intriga, localizaciones meticulosamente elegidas y una sobrecogedora tensión dramática son los ingredientes de esta cinta. El progresivo paso de la rivalidad a la empatía de los dos protagonistas (la heroína Shang Yan-Zhi y el general manchú Pu Lung), es uno de los aspectos clave de la película.

- La dama de hierro. (Sung Tsun-Shou, 1969)
Se trata de uno de los primeros trabajos del cineasta Sung Tsun-Shou. Fue una respuesta a la moda desencadenada por La posada del Dragón. Su relato ilustra no sólo el espíritu heroico del guerrero y las intrigas entre enemigos, sino la debilidad y la devoción inherentes al corazón humano.

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