viernes, 16 de diciembre de 2016

Francisco Bores Gouaches para “El Cuervo” de Poe en el Museo Thyssen-Bornemisza

El Museo Thyssen-Bornemisza presenta la exposición Francisco Bores. Gouaches para “El Cuervo” de Poe, dedicada a la serie de gouaches que Francisco Bores pintó en la primera mitad de los años sesenta para ilustrar el poema “El Cuervo” (1845) de Edgar Allan Poe. Inéditos hasta fechas recientes, estos doce gouaches se exponen ahora por primera vez junto a un lienzo de la misma época: Paisaje de verano (1965).

A diferencia de los ilustradores más famosos del poema de Poe, como Édouard Manet o Gustave Doré, Bores elimina cualquier elemento narrativo. Sus imágenes del cuervo -solo o en compañía de Eleonore- recuerdan a las del pintor simbolista Odilon Redon, pero con un lenguaje más lírico y sensual.

Su aproximación al poema se aleja del tópico romántico y se sitúa en el contexto de la relectura del escritor americano por parte de autores como Charles Baudelaire, Stéphane Mallarmé o Paul Valéry, para quienes Poe había abierto el camino a la consideración de la obra literaria como un ente autónomo, un artificio.

Al igual que en Paisaje de verano, en los gouaches de “El Cuervo” Bores se acerca a la abstracción pero sin renunciar a la realidad visual. Los motivos se estilizan fruto de la sumisión a un espacio constreñido y a una disposición centrípeta. Gruesos arabescos negros disocian los planos de color que, ordenados en valores armónicos -en lugar de en contrastes de tono-,sugieren diferentes profundidades espaciales.

Además, el artista obtiene de la técnica del gouache la máxima expresividad. Frente a sus óleos, de elaboración más cuidada, estos conceden un mayor margen a la experimentación. Se diría que en su ejecución el pintor madrileño se siente más libre y especialmente a gusto. La transparencia y la cualidad mate del gouache le permiten conseguir una luminosidad tenue y equilibrada. Tanto en las ilustraciones presentes en la muestra, como en el resto de su producción pictórica, Bores se mantuvo fiel a su convicción de que “la verdad debe expresarse a media voz”.

Francisco Bores (Madrid, 1898-París, 1972)
Nacido en una familia de la alta burguesía madrileña, Bores se forma en la academia del pintor valenciano Cecilio Pla. Desde 1922 ilustra revistas modernas y ultraístas como Horizonte, Tobogán, Plural, Alfar, España y Revista de Occidente, dirigida esta última por Ortega y Gasset. La primera gran presentación de su obra es en la Exposición de Artistas Ibéricos de 1925. Para entonces, cansado ya del desinterés del público madrileño hacia el Arte Nuevo, el artista había decidido marcharse a París, donde residiría hasta el final de su vida.

En sus primeros años en París, se acerca al lenguaje cubista y hace suyo el método de trabajo “deductivo” de otro gran pintor madrileño: Juan Gris. Más adelante, el artista deja atrás la estricta geometría cubista para dotar a sus lienzos de la espontaneidad del surrealismo. “Intentábamos –señalaría más tarde– una especie de síntesis entre la herencia plástica de Braque y Cézanne y la aspiración al lirismo”. Tras una visita a Provenza en el verano de 1929, la luz y el ambiente cobran una nueva importancia en su pintura, recogiendo así la herencia impresionista. “Me ahogaba en las composiciones cubistas”, recordaría. “Sentía deseos de abrir las ventanas y darle al cuadro su respiración”.

  

Considerado ya por entonces por la crítica francesa como uno de los referentes de la Escuela de París, Bores resumiría en las siguientes palabras su concepción del arte como jouissance –o disfrute de los sentidos–: “La pintura es un acto sensual, se la puede considerar como una fruta que saboreamos con los dedos, su piel se identifica con la nuestra”.

A partir de 1934 la obra de Bores adquiere un carácter más intimista. Incluso durante los difíciles años de la ocupación alemana de París, en los que se vio obligado a separarse de su mujer y de su hija, continúa trabajando en escenas de interior de calculada luminosidad.

El final de los años cuarenta y comienzos de los cincuenta constituyen un periodo fructífero. Tras adquirir cierta solidez económica, puede dedicarse de manera intensa a la pintura y a reflexionar sobre su labor artística. En esta época, Bores reduce la consistencia de figuras y objetos en favor de una mayor luminosidad y transparencia espacial. El resultado es una pintura de una pureza formal cercana a la abstracción, pero sin renunciar a la “verdad visual”. De hecho, para el artista, la pintura fue siempre, ante todo, “un medio para conocer el mundo exterior y en particular las relaciones de orden espacial que no se pueden explicar más que por el lenguaje pictórico”.


FICHA DE LA EXPOSICIÓN E INFORMACIÓN PRÁCTICA
Título: Francisco Bores. Gouaches para “El Cuervo” de Poe
Fechas: Del 15 de diciembre de 2016 al 5 de febrero de 2017
Organiza: Museo Thyssen-Bornemisza
Comisario: Juan Ángel López, conservador del Museo Thyssen-Bornemisza
Horario: Lunes, de 12.00 a 16.00 horas; de martes a domingos, de 10.00 a 19.00 horas.
Lugar: Museo Thyssen-Bornemisza, Paseo del Prado, 8. Madrid. Balcón-mirador de la primera
planta, acceso directo desde el hall.
Acceso gratuitoMás información: www.museothyssen.org

jueves, 15 de diciembre de 2016

José María Yturralde en la Galería Javier López & Fer Francés

Hasta el 10 de febrero, en la Galería Javier López & Fer Francés puede verse el nuevo proyecto del reconocido pintor abstracto José María Yturralde (Cuenca, 1942), que tras cuatro años de intensa actividad regresa a este espacio expositivo con Enso, donde reúne sus últimos trabajos. La palabra japonesa ensō significa círculo, se trata de un símbolo caligráfico asociado a las ideas de iluminación, universo y vacío; en la pintura del budismo zen simboliza un momento de liberación de la mente para la creación, una forma definida con un solo trazo que muestra el movimiento expresivo del espíritu durante un tiempo determinado. La forma circular protagoniza las pinturas más recientes de Yturralde, que se mostrarán junto a ejemplos de su serie Horizontes, con la que comparte el interés por el concepto de infinito plasmado a través de la presencia / ausencia del color - luz en el espacio.

Desde sus años de formación en Valencia a finales de la década de 1950 en el entorno del arte normativo de estética constructivista, José María Yturralde ha buscado el equilibrio entre la frialdad de la abstracción geométrica y la calidez del uso expresivo del color. Del grupo Antes del Arte adoptó la preocupación por el enfoque perceptivo del arte, lo que suponía su democratización como experiencia racional. Tras su paso por el Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid (1968 - 1973) y el Center for Advanced Visual Studies del MIT (1974 - 1978) se propuso acercar dos ámbitos que considera complementarios: la ciencia y el arte, sirviéndose de los avances tecnológicos para materializar sus obras de manera innovadora sin olvidar la sensibilidad y la emoción que las hace únicas.

Yturralde trata de trascender la bidimensionalidad del plano pictórico introduciendo la cuarta dimensión, el tiempo, lo que le ha llevado a reflexionar en torno a las ideas de lo absoluto y por extensión de lo sublime. Concibe el espacio no como un vacío pasivo sino atravesado por tensiones, fuerzas, irradiaciones y emociones, como potencia de energía y materia. El conocimiento de nuestra realidad material y trascendente le impulsa a fijarse en lo infinitamente pequeño y en lo inconmensurable para acceder al umbral de nuestra conciencia, al límite tras el cual puede haber un nuevo comienzo. A través de estos haikus pictóricos condensa la inmensidad de lo cognoscible, ofreciéndonos poderosas imágenes de contemplación en las que la intensidad estética se alcanza por la simplicidad compositiva.


Si los títulos de las obras de la serie Horizontes evocan nombres de estrellas, algunos de ellos relacionados con la mitología clásica, en la serie Enso y las últimas creaciones las referencias se amplían a deidades de las más diversas tradiciones culturales - de la egipcia a la nórdica pasando por la griega, la romana y la hindú -, personificaciones ancestrales de elementos de la naturaleza, las Horas del día y las estaciones del año, que evocan la rueda del tiempo que gira y no se detiene. En el pensamiento oriental el tiempo no es lineal sino cíclico, un círculo sin principio ni fin.

La obra de José María Yturralde se encuentra representada en numerosas colecciones públicas y privadas nacionales e internacionales. Entre las colecciones institucionales de nuestro país cabe destacar las del MNCARS en Madrid, el IVAM en Valencia, el CAB de Burgos, el CAAC de Sevilla, el Patio Herreriano de Valladolid, el Museo de Arte Abstracto de Cuenca, la Fundación Juan March, la Fundación Pilar i Joan Miró de Palma de Mallorca, la Biblioteca Nacional. Hace unos meses clausuró su exposición individual Transfinito en el CAC Málaga y actualmente prepara una muestra en el Centro Cultural La Nau de la Universidad de Valencia.


JOSÉ MARÍA YTURRALDE: ENSO
Lugar: Galería Javier López & Fer Francés.
Dirección: Guecho, 12 B, Madrid.
Fecha: del 11 de noviembre de 2016 al 10 de febrero de 2017.

El Museo del Prado presenta una obra inédita de Velázquez donada por William B. Jordan a American Friends

William B. Jordan junto al Retrato de Felipe III.
American Friends of the Prado Museum deposita en el Museo del Prado la primera de las donaciones que recibe, en esta ocasión, de manos del experto William B. Jordan. Se trata de un inédito Retrato de Felipe III, obra que exhaustivos estudios han confirmado como autógrafa de Velázquez, que será expuesto en las salas del Prado como depósito temporal prorrogable.

Se trata de un cuadro preparatorio para el rostro de Felipe III que el artista sevillano realizó para la composición La expulsión de los moriscos, obra fechada en 1627 que se destruyó en el incendio del Real Alcázar de Madrid en 1734, y que solo se conoce por descripciones escritas ya que no se conserva ninguna copia.

La incorporación en depósito de esta obra a la colecciones del Prado contribuye a completar el discurso de Velázquez como retratista real, ya que se trata de una pintura de extraordinaria calidad, inédita para la investigación y que permite arrojar luz sobre una de las obras capitales del comienzo de la etapa cortesana del pintor.

Esta donación y su depósito en el Museo del Prado suponen la puesta en marcha de American Friends of the Prado Museum, un proyecto impulsado por un grupo de mecenas estadounidenses para contribuir a la difusión y conservación de la colección que alberga el Museo del Prado y que ofrece un amplio programa de beneficios a sus miembros como exenciones fiscales, acceso gratuito al Museo y visitas guiadas en inglés.

miércoles, 14 de diciembre de 2016

Charla de Estrella de Diego en el Centre Pompidou Málaga

Colocadas frente a frente en la sala El cuerpo político, las piezas de video Blood Sign de Ana Mendieta y Barbed Hula de Sigalit landau establecen uno de los diálogos más potentes de La Colección. Dos obras con relaciones claras de parentesco, que utilizan el cuerpo de la mujer como tema y soporte a la vez e interpelan al espectador desde cierta visceralidad. Dos obras entre las que median treinta años. ¿Qué ha cambiado y qué permanece en la reivindicación feminista, en el cuerpo como modo de expresión, en el negocio del arte…?

Estrella de Diego, catedrática de Historia del Arte en la Universidad Complutense, ensayista de largo y amplio recorrido, ayudará a responder a estas cuestiones.

Más información:
Charla de Estrella de Diego Bifurcaciones: Treinta años no es nada
Jueves, 15 de diciembre a las 18:30 h.
La entrada es libre y gratuita hasta completar el aforo, previa recogida de invitación en recepción.

Fran Ramírez 'La venganza de la Reina Ana' en la galería Fúcares hasta el 7 de enero de 2017

A poco que se tenga una conversación templada con Fran Ramírez (Herrera, 1984) se pueden obtener muchos datos de su biografía y de su personalidad. Como que es un tipo distendido, de buena conversación, generoso y risueño. Un artista en potencia, o así se define. Afirma odiar los caminos prefijados, lo que conforma un currículum como estudiante de lo más variopinto, en el que los capítulos fueron quedando abiertos a conciencia. Ya como profesional, siente predilección por Erró, aunque en su pueblo lo vean más como un cruce entre Andy Warhol y Roy Lichtenstein. No obstante, él mismo reconoce que las influencias son mucho más cercanas: desde el Miki Leal pintor –que para eso ambos son sevillanos, y que no por casualidad nuestro protagonista fue elegido para formar parte de la colectiva Que vienen los bárbaros (CAS, 2012), con la que Ignacio Tovar y Sema D’Acosta se planteaban lo que había dado de sí el arte andaluz algunas décadas después de Sala de Estar y The Richard Channin Foundation–, y el Francisco Casas dibujante. También se puede aducir que trabaja mucho y rápido, pero que, sin embargo, jamás le ha dedicado más de 24 horas seguidas a una obra, aunque éstas han podido verse esparcidas en el tiempo unos cuantos años –como le ocurrió con el retrato de Abraham Lincoln de Bipolar Express–, punto este que comparte con otro de sus pintores fetiche, el belga Luc Tuymans. Que se confiesa ser un géminis puro, con las consecuencias que conlleva ser un géminis puro (Sí: hace unas líneas leyeron la palabra “bipolaridad”). Que es un forofo de los videojuegos y que el Assassins Creed puede ser una fuente de inspiración tan válida como Charles Dickens, en el que reparó para dar título a su muestra Copperfield, en una de sus primeras comparecencias públicas. Remataré diciendo que su pulso es bueno si la superficie sobre la que trabaja es rígida, de forma que para los grandes formatos tiende a desmo ntar los bastidores para sentirse más o menos cómodo con el trabajo ejecutado. 

Todos estos datos, que podrían resultar más o menos triviales para conformar la biografía de otro creador, es fundamental que sean puestos en primerísimo primer plano –que diría un cineasta– para hablar de Fran Ramírez. Porque hay pocos artistas en los que vida (diaria) y obra se contaminen y confundan. Una libreta de las de toda la vida sirve para recoger las anécdotas del día a día, y, allí, ojeando la ultima, uno puede dar con aquel dibujito resultado del atropello que estuvo a punto de experimentar paseando por la Gran Vía en uno de sus últimos viajes a Madrid. Porque todo lo que pasa por delante de los ojos y la atención de Ramírez es susceptible de convertirse en motivo de alguno de sus cuadros o bocetos. Reparen por ejemplo en el título de la muestr a con la que por primera vez entra en una galería, la de Fúcares en Almagro: La venganza de la Reina Ana. Ese fue el nombre del barco de Barbanegra (Ramírez siempre se ha identificado con los héroes caídos en desgracia, con los malos del cuento que, además de rebeldes, el mundo les hizo así). Barco, que el pirata robó a los franceses (que a su vez se lo habían levantado a los ingleses) y que rebautizó en honor de la soberana británica por la que debía de sentir gran devoción. 

Mucho se ha hablado de la influencia del cómic, de la baja y la alta cultura (de las frases populares y los chascarrillos infantiles a las citas de los grandes filósofos), también de las nuevas tecnologías y la pornografía en la obra de Fran Ramírez. Todo ello continúa en este trabajo reciente en el que lo más significativo sería el salto y asalto al color, en composiciones heterogéneas en las que el autor se va distanciando cada vez más de aquellas imágenes bidimensionales en blanco y negro de los comienzos en las que los motivos los aportaba lo registrado por su cámara fotográfica. También la del móvil. Ahora, su lente es la memoria, aunque los protagonistas sigan siendo amigos o “conocidos”. 

Como ese cerdo de Davy Jones, la pieza más monumental de la exposición, que se vuelve a repetir en el lienzo vertical que da título a la muestra, y con más motivo sí cabe. Un cochino, éste, que tiene nombres y apellidos. Porque cada pieza que sale de la factura de este creador esconde una viva historia personal. Tiremos de nuevo de anécdota: No hará mucho que un chaval del pueblo de Ramírez le conminó a abandonar la pintura. “Si no ganas dinero con el arte no puedes decir que seas artista”, le espetó. Zapatero a tus zapatos, y los tuyos, debió pensar este individuo, son los que calza tu padre, que durante años se ha dedicado a lo de pintar, pe ro con la brocha gorda. Ni corto ni perezoso, y sin necesidad de enzarzase en una conversación estéril, Ramírez tiró por la calle de en medio. Y se le ocurrió recuperar esos trapos de años y años que su progenitor utiliza para cubrir superficies cuando lleva a cabo su labor y no manchar estancias u objetos delicados, los cuales llevan impregnadas mil correrías en su naturaleza de drippings no intencionados. Sus fondos, trasladados al lienzo, son ahora los de algunas de las piezas de la muestra. Esta es la manera sutil que tiene Ramírez de responder a su interlocutor. Porque la venganza siempre se sirve fría. Y lo que fuera material de humilde trabajador es ahora soporte de obras de arte que cuelgan en las paredes de una galería. Ni que decir tiene que ese gocho que pasta en la escena tiene nombre. Porque, bien es sabido, no conviene echar de comer margaritas a los cerdos. 

En otro orden de cosas, Ramírez sigue siéndole fiel a las premisas que han ido configurando un estilo basado en buena parte en el autodidactismo, la ilusión y la reflexión, y que, a partes desiguales en su coctelera mental, ha dado pie a un proyecto vital con dos décadas de historia, aunque sus posibilidades de asomar la cabeza hayan sido menos: la multiplicidad de técnicas (óleo, acrílico, rotulador...) y soportes (tela, trapos, papel...); la mezcla de grandes iconos de la Historia y los mass media (Lincoln, Caravaggio, Isabel II, Churchill...) y personajes cercanos más o menos metamorfoseados; referencias a la publicidad, que se acomodan a los referentes de la Historia del Arte (como la pietà miguelangelesca que deja de un lado la fe para sustituirla por el logo de Fedex); la introducción de t extos y tipografías en una maravillosa ensalada de conceptos (Sic semper Coca Cola; Kennedy is Killed by Sniper...); la contaminación de los vídeo-juegos, del cine de aventuras (no podía faltar La Guerra de las Galaxias), del cómic (del clásico del oeste al manga más actual)... Escenas en las que todo se descontextualiza para dar pie a nuevos mensajes en los que las disposiciones renuncian a una jerarquía precisa y donde el detalle se puede convertir en punto de fuga. Justo allí, el color refuerza conceptos o funciona como “inhibidor de frecuencia”. 

¿Recuerdan cómo al principio les anuncié que todo en los cuadros y dibujos de Ramírez tiene un motivo y tiene un porqué? También la Reina Ana cuenta con un referente de carne y hueso, lejos de los libros de Historia. Pero esa, y valga la redundancia, es otra historia que tendrán que preguntarle ustedes mismos al artista. De igual forma que tendrán que preguntarse a sí mismos por la pertinencia de cada motivo en sus obras. De nada servirá ser un receptor pasivo. Permanezcan atentos a sus pantallas, que son sus lienzos. Esta conversación (o recuerdo) puede estar siendo grabada. Sobre todo si su interlocutor es Fran Ramírez. Ríete tú del Gran Hermano. 

Texto: Javier Díaz-Guardiola. Periodista, crítico y comisario de exposiciones. En la actualidad es coordinador de la sección de arte, arquitectura y diseño de ABC Cultural, la revista cultural del diario ABC, y responsable del blog de arte Siete de un Golpe


Fran Ramirez La venganza de la Reina Ana 
Lugar: Galería Fúcares-Almagro, San Francisco 3, Almagro
Fecha: del 22 de octubre de 2016 al 7 de enero de 2017
web: www.fucares.com

Últimos días para visitar la exposición de Waltercio Caldas en la galería Elvira González

La galería Elvira González inauguraró el pasado 15 de septiembre de 2016 la exposición del artista brasileño Waltercio Caldas, Dibujos y más… . Esta muestra –que comprende cuatro esculturas y treinta dos dibujos– es la primera del nuevo espacio situado en la madrileña calle Hermanos Álvarez Quintero nº 1 y la tercera del artista con la galería. 

El trabajo de Waltercio Caldas explora la frontera entre lo que existe y lo que aún no vemos pero podemos intuir o adivinar, entre lo que está presente y no es aparente. La percepción del espacio, la escala, la estética y la experiencia visual son cuestiones centrales en su obra, que se traduce en una poética visual que invita a la reflexión. 

Los dibujos, la mayoría en tres dimensiones, retan los límites del trazo en una búsqueda por no quedarse en un solo plano. Más que dibujos, son objetos de papel que muestran líneas e imágenes que se desdoblan y penetran en diversos planos en una investigación artística que transforma la idea tradicional de la dimensión en el dibujo. 

Estas obras mantienen el uso del color sugerente, característico de la obra de Caldas. El color que funciona como un indicador, como un detalle diminuto, casi como un intruso que da movimiento, perspectiva y luz a la obra. Los objetos se activan y cobran vida en el momento en que el espectador los observa y se mueve alrededor del espacio. No pretenden impactar con ilusiones, pero sí ofrecer nuevas formas de percepción. 

Waltercio Caldas (Rio de Janeiro, 1946) es uno de los artistas brasileños con mayor reconocimiento internacional. Fue alumno de Ivan Serpa y realizó en 1973 su primera exposiciónen el Museu de Arte Moderna do Rio de Janeiro. Ha expuesto en laKanaal Art Foundation (Cortrique, Bélgica, 1992); Museo de Stedelijk (Schiedam, Holanda, 1992); Documenta 9 (Kassel, Alemania, 1992); y el Centre d'Art Contemporain (Ginebra, Suiza, 1993). 

Participó en varias ediciones de la Bienal de São Paulo (1983, 1987, 1996) y representó a Brasil en la Bienal de Venecia de 1997. En 2008 la Fundaçao Calouste Gulbenkian de Portugal y el Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC) de Santiago de Compostela presentaron dos grandes exposiciones individuales de su trabajo. Asimismo, el Blanton Museum de Texas realizó una retrospectiva de su trabajo en el año 2014. 

Su obra forma parte de las colecciones de algunos de los museos más importantes del mundo incluyendo el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York y la Neue Galerie de Kassel así como el Museu de Arte Moderna de São Paulo y el Museu de Arte Moderna do Rio de Janeiro. Sus esculturas públicas se pueden observar en Leirfjord (Noruega), Paseo de las Américas en Punta del Este (Uruguay) y Avenida Beira Mar en Rio de Janeiro (Brasil).

Waltercio Caldas, Dibujos y más…
Lugar: galería Elvira González
Dirección: General Castaños 3, Madrid.
Fecha: del 15 de septiembre al 23 de diciembre de 2016.
web: www.elviragonzalez.es

martes, 13 de diciembre de 2016

El Reina Sofía rinde homenaje a Elena Asins

El Museo Reina Sofía organiza mañana, miércoles 14 de diciembre, en el Auditorio 200 del edificio Nouvel, un acto de recuerdo de la artista Elena Asins (1940-2015) en el mismo día en el que se cumple un año de su fallecimiento. 

La actividad busca rememorar la singularidad de una artista que concibió su trabajo como la exploración de un lenguaje abstracto radicalmente diferente al del mundo sensible así como agradecer el generoso gesto de declarar al Museo único heredero universal de todos sus bienes antes de morir.

En el homenaje, diversas personalidades del mundo de la cultura se aproximarán a la figura de la artista a partir de la selección de fragmentos en diferentes medios, ya sea la narración de un recuerdo, la lectura de una referencia intelectual, el sonido de una pieza sonora o el comentario de una obra, de manera que aflore la personal y compleja trama de lecturas e influencias que ordena las geometrías de Asins. 

Los participantes, entre otros, serán Manuel Borja-Villel, Ignacio Gómez de Liaño, José Luis Alexanco, Soledad Sevilla, Luis Gordillo, Sofía Barroso, Javier Maderuelo, Ian Triay, Carmen Fernández Aparicio, Carmen Pardo, Luis de Pablo, Miguel Espada, Miguel López-Remiro y Mariasun Landa.

Previamente al acto se escuchará la composición Loss and Legacy, 2016, Audio 2016 del músico Gorka Alda, que trabajó con la artista en sus últimas obras en video. Tras las intervenciones, se proyectará también la última versión del vídeo inédito e inacabado Antígona (Diciembre 2015) en el que Asins se encontraba trabajando antes de su deceso, para dar paso a un micrófono abierto para la libre intervención de los asistentes.

La artista y su legado
Elena Asins (Madrid, 1940- Azpíroz, Navarra, 2015) ha sido una de las artistas que ha explorado con mayor intensidad la dimensión sublime e inabarcable del pensamiento lógico y el álgebra matemática en la abstracción geométrica. Integrante de las experiencias radicales del Centro de Cálculo de la Universidad Complutense de Madrid, caso representativo del temprano cruce entre arte y tecnología durante la década de 1960, su obra, basada en repeticiones y progresiones secuenciales de un mundo invariable, se sustenta en una serie de convicciones y renuncias firmemente mantenidas durante décadas, lo cual ha conducido a entender esta lógica extrema como una forma de misticismo. Formada en París con largas estancias en Stuttgart y Nueva York, ha sido Medalla de Oro al Mérito de Bellas Artes (2006) y Premio Nacional de Artes Plásticas (2011). Ese mismo año el Museo Reina Sofía le dedicó la retrospectiva Elena Asins. Fragmentos de la memoria. 

Elena Asins cuenta en la actualidad con obras expuestas en la Colección permanente del Museo y, recientemente, se ha instalado la monumental escultura Antígona (2010-2015) en las terrazas del Edificio Nouvel. 

Con su legado, la colección del Museo tiene ahora una muy completa representación de la obra de esta artista, que incluye esculturas, maquetas de escultura, dibujos a tinta, collages, obra gráfica, dibujo digital y obra en video, fechados entre ca. 1965 hasta 2015. El conjunto supera las 800 obras en una primera pre-catalogación en la que está trabajando la conservadora Carmen Fernández Aparicio. 

Elena Asins: in memoriam
14 de diciembre de 2016 -19:00 h / Edificio Nouvel, Auditorio 200
Entrada gratuita hasta completar aforo

Acción nuclear de Francisco Peinado en la Galería JM

Sería fácil buscar en Goya la punta del hilo que nos trae a Francisco Peinado. Pero para saber desde dónde llegan estas pinturas que son visiones, y por lo tanto imágenes soberanas, desgobernadas, desatadas de las retenciones y reprobaciones de la conciencia, se hace preciso recalar en aquellas décadas que, situándonos entre Kant y Baudelaire –con Füssli, con Goya entre ambos-, consiguen dar a la facultad de imaginar las libertades y suficiencias de las que se proveerá la pintura moderna. Mirando estas pequeñas maderas de Peinado –estos pecios a los que se aferra el náufrago ante sus propias apariciones-, estas lecciones de antropología que se descubren en los lienzos dramáticos y sumamente realistas de este artista pletórico de aguijones, me da por protegerme leyendo a Kant, sus cursos sobre Antropología en sentido pragmático, dictados en los mismos años sucesivos en los que Füssli pinta siete versiones de La pesadilla, y es este filósofo tan analítico el que nos vuelca –suele ocurrir- al abismo del que persigue apartarse: “Los vicios de la imaginación son: que sus ficciones sean ya simplemente desenfrenadas, ya absolutamente desarregladas (effrenis aut perversa). Este último yerro es el peor. Las primeras ficciones pudieran, en efecto, encontrar su puesto en un mundo posible (de la fábula); estas últimas en ninguno, porque se contradicen”. Kant buscaría todavía el cobijo de la ficción y sus posibles; Goya rompería las reglas condenado a espantarse los fantasmas. 

Peinado nos balancea entre estas dos índoles de lo imaginario: entre los excesos y las incongruencias, entre lo desmedido y lo disparatado. Y, sin embargo, ni son fábulas ni son fantasías. Son imágenes pertenecientes a un realismo dolorido –como todos, si lo son-, cuya voluntad principal no es inventar sino exorcizar. Y no lo hace queriendo comunicarse –o sea, banalizarse-, sino sacarse de sí lo que se le impone sin saber lo que es. Pinta sin tregua, sin método, sin reservas ni reparos, sin estrategias de promoción con su nombre, sin complacencias estetizantes. Bastante tiene con sacarse de sí las entrañas de su propia imaginación como para preocuparse de tener que gustar. Por cierto, ya Kant decía en la Crítica del juicio lo que podríamos decir de Goya o de Peinado: crear no conjuga con gustar, ni con esa insulsez de querer compartir o comunicar. Peinado, encerrado –o enterrado- en la Quinta del Sordo, practica conjuros íntimos. Los de Peinado, los de Goya, son fantasmas invocados en soledad. En su Ensayo sobre la visión de los espectros, Schopenhauer diferencia los temores solitarios de aquellos otros que nos sobrecogen mientras se comparten. El protagonista claustrofóbico de El Horla o el Antoine Roquentin de La náusea, o este maestro en extrañamientos que hoy nos llega a la sala de Javier Marín, ven lo que ven porque están solos como a sabernos solos nos enseñan el dolor y el miedo a vernos. El taller del pintor –con tanto como tiene de gruta de san Antonio- es lugar, aislado, de conjuros y liturgias con los que capturar, con formas atolondradas, las extrañezas que pueblan el interior de lo ordinario. 

Recorriendo estas estaciones de vía crucis, estos ex–votos que nada agradecen, estos motivos de vanitas omnipresentes, una bañera con burbujas antropomórficas, cuerpos yacentes con pajarracos acechadores, cierta chinche agigantada, ciertos paisajes y ciertas noches, me encuentro con Peinado donde se hallan los espectros de Odilon Redon. Ahí está Peinado, en esa modernidad que se arroja a la inquietud oculta en las cosas –el falsamente apacible Bodegón con flores de 2012 se acerca a los simbolistas belgas como se acerca a los metafísicos italianos-; que se yergue sobre los aguijones de la lucidez evitando los estériles consuelos de los formalismos. 

Sostenidas en la potencia de extrañamiento del propio artista consigo, estas imágenes, afanadas en escarbar y extraer lo que no se cuenta (muestran lo que no se dice), nos arrojan a la intemperie de lo que veníamos nombrando y dominando. Quedan irreconocibles, también irremediables. Como la mismísima realidad, a la que –a la vez- tan poco y tanto se parecen. 

Texto: Luis Puelles

Francisco Peinado  Acción nuclear 
Lugar: Galería JM
Dirección: Duquesa de Parcent, 12, Málaga
Fecha: Del 16 de diciembre de 2016 al 18 de febrero de 2017

lunes, 12 de diciembre de 2016

MUSAC y CGAC organizan las 'Jornadas caminadas Ruraldecolonizado' los días 13 y 14 de enero

'Ruraldecolonizado' es un proyecto de investigación artística que trata de mostrar los relatos que se generan en el medio rural y propone un reencuentro con esas otras comunidades, relaciones con la naturaleza, afectos, cosmovisiones y procesos de resistencia que ocurren en los espacios no urbanos. Concebido por la creativa digital Andrea Olmedo (Chantada, Lugo, 1986) y el politólogo e investigador Fran Quiroga (Orense, 1982), el proyecto se co-produce desde el MUSAC, Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León a través de la Convocatoria Laboratorio 987 y el CGAC, Centro Galego de Arte Contemporánea. 

Los días 13 y 14 de enero tendrán lugar en el CGAC (Santiago de Compostela, 13 enero) y en MUSAC (León, 14 de enero) las 'Jornadas caminadas Ruraldecolonizado', en las que a partir de un recorrido con Fran Quiroga y Andrea Olmedo por espacios y lugares en ambas ciudades se busca repensar como el medio rural ha sufrido un proceso de colonialidad en torno a sus saberes, se plantea encontrar lugares en los que se evidencie un diálogo no-hegemónico entre lo rural y lo urbano, así como abrir y mostrar parte del trabajo realizado por el proyecto 'Ruraldecolonizado' a lo largo del 2016. En definitiva, las jornadas caminadas promueven la creación de un espacio en el que investigar el modo de trazar otros futuros en los que, frente a lo homogéneo, se piense desde lo diverso.

El proyecto 'Ruraldecolonizado' ha adoptado, entre agosto y noviembre de 2016, la forma de 'Conversaciones caminadas' con personas claves en territorios rurales de Tras os Montes (Portugal), la zona sur de Galicia y la comarca de La Sobarriba en León, a partir de las que se genera documentación, vídeos y audios que desvelan las diferentes poéticas de existencia y resistencia que se dan en el espacio rural. A través de la práctica de caminar conversando se propone detectar y difundir los conocimientos originados en los territorios rurales, con el objetivo de contribuir al rescate de su silencio y escuchar sus relatos ocultos, reescribiendo sus historias. Se trata de plasmar una diversidad de saberes que permiten entender y comprender el mundo desde la diferencia y la diversidad, cuestionando una visión hegemónica de la modernidad

Las 'Jornadas caminadas' buscan ampliar la práctica de andar preguntando llevada a cabo en medios rurales hacia los núcleos urbanos de Santiago de Compostela y León, e invitan a todas las personas interesadas a ser partícipes en ese giro decolonial que nos reconcilie con la diversidad de saberes. ¿Existen miradas propias desde lo rural? ¿Son los conocimientos que se generan en este medio unos saberes de segunda o subalternos? ¿Las formas de vida en territorios no urbanos han sido marginalizadas por los centros de poder en favor de su visión hegemónica? ¿se puede desde la ciudad vivir ajeno a estos procesos? Desde la gestión comunal de bienes como el caso de los baldíos portugueses, a los regadíos, o las redes de apoyo mutuo; desde las causas que dan fin a oficios tradicionales como el pastoreo, a la falta de relevo generacional y de entendimiento entre las diversas maneras de comprender la aldea, el pueblo y todo su entramado; desde la pérdida de autonomía de las comunidades locales a la vocación de querer habitar donde se nace, serán algunas de cuestiones sobre las que dialogar.

Información Práctica.
Actividad: Jornadas Caminadas Ruraldecolonizado.
Participan: Andrea Olmedo, Fran Quiroga
Organizan: MUSAC, Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León y CGAC, Centro Galego de Arte Contemporánea
Fechas y horas
- Viernes 13 de enero. CGAC [Santiago de Compostela]. De 17:00 h. a 20:00 h. 
- Sábado 14 de enero. MUSAC [León]. De 17:00 h. a 20:00 h. 

Metodología: 
Tras una breve presentación en cada centro cultural, las personas recorrerán y conversarán en diferentes espacios tanto en Santiago de Compostela como en León.
Dirigido a: Toda persona interesada en las culturas contemporáneas.
Plazas: 40. 20 plazas en MUSAC y 20 en CGAC
Inscripción: a través de www.musac.es o en el mostrador de información del MUSAC y CGAC
Es posible inscribirse para participar en uno de los dos centros, o en los dos.
Precio: gratuito. [El desplazamiento entre Santiago de Compostela - León y viceversa, así como la estancia no están incluidos en la matrícula de las jornadas].

El CAC Málaga abre el plazo de inscripción para los talleres de navidad

El Centro de Arte Contemporáneo de Málaga abre hoy, 12 de diciembre, el plazo de inscripción para sus talleres de navidad. Se trata de una actividad gratuita destinada a niños y niñas de entre cinco y once años. Este año 2016 los talleres se centrarán en las exposiciones temporales de los artistas Kimsooja y Mark Ryden.

Los talleres se desarrollarán en dos bloques de tres días de duración cada uno, el primero: 27, 28 y 29 de diciembre; y el segundo: 30 de diciembre, 3 y 4 de enero. Además, la actividad se dividirá en dos partes: una primera en sala, donde de manera amena y divertida, los niños conocerán una selección de obras de los artistas Kimsooja y Mark Ryden. La segunda fase tendrá lugar en los talleres, donde se fomentará la creatividad y la imaginación. Los niños y niñas, con diversos materiales, crearán su propia versión de las obras que previamente habrán analizando en sala.

Esta actividad navideña se realizará en dos turnos: de 10,30 h. a 12,00 h. y de 12,00 h a 13,30 h. Cada grupo reunirá a un máximo de 30 niños y niñas. Los padres que deseen inscribir a sus hijos e hijas pueden hacerlo en el teléfono 952 12 00 55 o a través de la dirección electrónica pedagogico@cacmalaga.eu.

Más información: www.cacmalaga.eu

viernes, 2 de diciembre de 2016

Alberto Schommer en Kutxa Kultur Artegunea

Una gran retrospectiva sobre la obra fotográfica de Alberto Schommer llega a Kutxa Kultur Artegunea en Tabakalera de San Sebastián. Bajo el título Alberto Schommer…hacia la modernidad, la exposición, que permanecerá abierta desde el 2 de diciembre de 2016 hasta el 19 de marzo de 2017, se compone de 87 obras y repasa la trayectoria de quien es considerado genial artista vitoriano y uno de los padres de la fotografía moderna en España y Europa.

Todo el trabajo de Schommer se ha caracterizado por una poderosa personalidad y una constante voluntad de ruptura formal que le ha llevado a explorar todo tipo de territorios estéticos. Aquí está su plataforma hacia la Modernidad. Con esta exposición, Kutxa Kultur Artegunea da comienzo a una programación que la sala dedicará íntegramente a la fotografía en 2017.

La mayoría de las obras que se muestran pertenecen a la colección del Museo de Bellas Artes de Bilbao, como parte de la donación que realizó Alberto Schommer al museo tras la exposición Alberto Schommer. Retrospectiva1945-2009 comisariada por Alejandro Castellote en 2016. La muestra se complementa con obras no tan conocidas pertenecientes a la Fundación Schommer, según selección de Nicolás Casla, sobrino del fotógrafo.

"La obra de Schommer, es toda una vida. Toda la vida que él ha entregado al arte por supuesto, pero también adicional. Con sus fotos Schommer ha producido una segunda colectividad humana, con sus ciudades sus parques, sus bailes, sus gobernantes, sus obispos, sus niños y sus fantasmas. Un universo, en fin, que siempre quedara como el testimonio de un artista, que al trabajar confería a su obra incontables dosis de amor y de poesía e interminables maneras de verla y contarla", en palabras de Vicente Verdú. 

Las fotografías que conforman la exposición están reunidas en series y se han dividido en tres grandes ámbitos:

Primera época
Comprende la década de 1950 a 1960. Realiza en Vitoria-Gasteiz, su ciudad natal, sus primeras imágenes, como un ejercicio de afirmación de autor: cuidadas composiciones con una gramática personal, alejadas del reinante pictoralismo tardío. Entra en el colectivo AFAL, un grupo de fotógrafos con los que comparte sus renovadoras inquietudes y realiza sus primeras exposiciones dentro y fuera del país. Continúa explorando nuevas soluciones formales emparentadas con la fotografía subjetiva alemana, que transparentan la influencia de la estética neorrealista del cine italiano o los ensayos de carácter humanista de las grandes revistas ilustradas internacionales. Ya en Madrid frecuenta el colectivo ZAJ, fotografiando su estética musical y conforma el grupo Orain, de manos de su amigo Jorge Oteiza, junto al Gaur de Gipuzkoa al Emen de Bizkaia y al Danok de Navarra, propiciando una renovación a la plástica vasca de vanguardia. 

Paisajes y escenarios urbanos
En la serie de Máscaras iniciada en 1985, Schommer se codeó con cuadros de los maestros Velázquez o Goya en el Museo del Prado, en mayo del 2014. Mediante una sola luz cenital y de una manera casual, surgió esta serie de rostros, en los que el paso del tiempo, convierte la arruga de los protagonistas en metafóricos paisajes de su biografía, guardando una similitud conceptual con los paisajes negros. 

Puesta en escena y Experimentación
Alberto Schommer escapa de la mera transcripción de la realidad y acumula trabajos que se instalan en los límites fotográficos sirviéndose de todo tipo de técnicas y soportes ligadas a la experimentación formal. Buena muestra de ello son sus Retratos psicológicos, publicados en el dominical del periódico ABC, en 1972. Con el estilo barroco de sus retratos, cercanos a una estética surrealista, consiguió escenificar el poder, la economía y la cultura de la sociedad española, entre 1970 y 1980, para posteriormente y a través del diario El País, llegar a ser una crónica visual de la transición. 

Schommer da rienda suelta a su imaginación y consigue dar vida a metacrilatos de color, vidrios, espejos rotos, cables de acero, hasta alcanzar esta serie de bodegones contemporáneos en una especie de "fotopintura”, que recuerda a sus primeros óleos. Otra casualidad le llevó en 1973 a sus primeras Cascografias, mediante el craquelado previo del papel fotográfico. Posteriormente evolucionarían hacia esculturas fotográficas, añadiéndole una tercera dimensión física, conceptual y atemporal, semejante a las texturas resultantes al deterioro de las esculturas clásicas. 

Biografía
Alberto Schommer nació en Vitoria-Gasteiz en 1928. Hijo del fotógrafo alemán Alberto Schommer Koch y de la vitoriana Rosario García, comenzó su carrera artística como pintor. Aunque también trabajaba en el estudio de su padre.

En 1952 viaja a Hamburgo a estudiar fotografía. Sigue pintando y viajando por Europa visitando museos. Su mente inquieta y consciente de que la fotografía era la técnica con la que quería contar la realidad, hicieron que abandonara definitivamente la pintura, para dedicarse de lleno a la fotografía. 

En 1960, tras cruzarse en su vida el director de la agencia Publicis, una de las mayores empresas francesas de publicidad, viajó a París. Conoció a los grandes fotógrafos parisinos y fue contratado por Cristóbal Balenciaga como fotógrafo oficial de la Casa. De nuevo en casa, durante un tiempo fotografiará a todas las personalidades que pasaron por Vitoria. Trata de aportar una mirada diferente al clásico mundo del retrato. También trabajó haciendo fotografías industriales para conocidos arquitectos.

En 1966, se instala en Madrid y su éxito es tan grande que tiene que cambiar su estudio en la calle Ferraz por otro más grande con plató para poder realizar anuncios. Trabajó para ABC y El País y fue el fotógrafo oficial del rey Juan Carlos, con quien dio la vuelta al mundo en sus múltiples viajes.

1989 supone un punto de inflexión en su carrera, deja el mundo del retrato en lo más alto, y vuelve a echarse a la calle con cámaras de pequeño formato como en sus primeros años. En 1996 ingresa en la Real Academia de San Fernando, con el discurso titulado: “Elogio de la fotografía”, en el que afirma que “la fotografía es el modo de enseñar el mundo tal y como es”.

En 2013 recibe el Premio Nacional de Fotografía. Uno de los aspectos que más valoró el jurado para concederle el premio fue su carácter innovador. 2014, fue en palabras del propio fotógrafo “un año de soledad y de éxito”. Por la muerte de su mujer y por convertirse en el primer fotógrafo en exponer en el Museo del Prado.

Muere en su casa donostiarra el 10 de septiembre de 2015, dejando un legado de más de 60 libros en los que se recogen sus famosas series de fotografías.

Alberto Schommer…hacia la modernidad 
Lugar: Kutxa Kultur Artegunea en Tabakalera 
Dirección: Plaza de las Cigarreras, 1, 20012 Donostia/San Sebastián 
Fecha: Del 2 de diciembre de 2016 al 19 de marzo de 2017