martes, 28 de junio de 2016

José Medina Galeote en la Galería Fúcares Almagro

Augsburgo-Almagro / Almadén-París es una revisión de la Historia a través de las microhistorias, de episodios que, al poner el foco sobre ellos y relacionarlos, adquieren una nueva dimensión. Éste es un proyecto heredero de la exposición Guernica-AlexanderPlatz, desarrollada por José Medina Galeote y Juan Francisco Rueda en la Galería Isabel Hurley en 2014 (septiembre-noviembre). A diferencia de aquella, en ésta no se tensiona el relato historiográfico con microhistorias cercanas a la leyenda, con acontecimientos no tomados en consideración y que desde los márgenes de la Historia revelaban zonas obscuras o intencionadamente inadvertidas. Desde la práctica art&iac ute;stica y el comisariado, en un ejercicio a cuatro manos, se trazaba un nivel en el que esos episodios, convenientemente enunciados desde la fabulación, adquirían una condición resbaladiza que sumía al espectador/lector en un incierto espacio entre la verdad y la ficción. En esta ocasión no se pretende poner en cuarentena el relato histórico asumido como real o único, ni siquiera tensionarlo revelando pormenores novelescos, sino bucear en distintos episodios alejados en el tiempo que tienen como elemento, ya sea principal o secundario, al mercurio de Almadén. Éste se convierte en una suerte de eje intemporal desde el cual ver idas y venidas de la Historia. El mercurio sirve para trazar una cartografía, para fijar una constelación de emplazamientos que actúan como figurados vértices de un escenario en el que la suma de acontecimientos inconexo s o separados por siglos, adquieren, en el encuentro inesperado de es te espacio de reconstrucción —o de rescritura— que es la exposición, un nuevo sentido, o cuanto menos, nuevas perspectivas.

Augsburgo-Almagro / Almadén-París. Flujos e idas y vueltas nace de la oportunidad de desarrollar una exposición en la histórica Galería Fúcares de Almagro. Precisamente, el nombre de la galería y la ubicación funcionan como detonantes para el desarrollo que toma la propia propuesta. Fúcares es la castellanización del apellido Fugger, dinastía de banqueros alemanes, radicados en Augsburgo, que prestaron apoyo económico para la llegada al trono de Carlos I en 1516. A cambio, el nuevo monarca español concedía a los banqueros alemanes, entre otras muchas concesiones, el preciado negocio del mercurio de las minas de Almadén. Los Fugger, con la incorporación del azogue , ampliaban su emporio minero. Esta concesión llevaría a fijar en la vecina Almagro el centro de operaciones y distribución. Este movimiento ya implica un flujo, el de la salida de una de las fuentes de riqueza para la llegada de un nuevo monarca que, en su propia figura, condensaba distintas tensiones territoriales —una más de las muchas cartografías que se deslizan en este flujo histórico ahora recreado. No podemos obviar cómo las minas de mercurio jugaron, durante ciertos periodos de nuestra Historia, un papel de arma de represión y castigo, ya que se enviaba a trabajar en ellas a muchos condenados y se represalió a la etnia gitana con el obligatorio trabajo en ellas. El flamenco, como memoria del pueblo calé, lleva marcado aquel episodio con la musicalidad de la toná: Los gitanitos del Puerto, / fueron los más desgraciaos, / que a las minas del Azogue, / se los llevan sent enciaos. Esto es, cómo el poder y la riqueza de los Estado s se asientan en demasiadas ocasiones sobre el dolor y la injusticia de sus ciudadanos, que adquieren, más que nunca, la condición de súbditos.

Frente a ese itinerario que lleva de Augsburgo a Almagro, también con el mercurio como elemento esencial, se traza otro, en parte, contrapuesto: Almadén-París. Muchos de los bienes y de las riquezas nacionales sufrieron a lo largo de los siglos procesos administrativos que hicieron que fueran explotados y comercializados por empresas extranjeras. La llegada de la II República vino a nacionalizar muchos de ellos, especialmente los estratégicos. Cuatro siglos más tarde, en 1937 y en plena Guerra Civil, el preciado mercurio de Almadén (suponía aproximadamente un tercio de la producción mundial) era una de las principales fuentes de riqueza del país y la más importante en manos del gobierno republicano. Tanto fue así que, desde su origen, el proyecto del Pabell&oac ute;n de la República en París contaba con la presencia de una fuente de mercurio de Almadén. Ésta iría acompañada, en otro nivel del edificio de Lacasa y Sert, de paneles informativos y de los tan característicos fotocollages que Josep Renau creó para, además de ilustrar la importancia del mismo y de otros bienes y aspectos de la cultura española, poner en valor la causa republicana. La presencia del mercurio no sólo buscaba actuar como refuerzo de la propia República, sino que intentaba evidenciar cómo su valor estratégico había hecho que, en plena carrera armamentística, la Alemania nazi hubiera apoyado al bando nacional para, de ese modo, poder acceder al mineral, tal como ocurría con otros minerales que desde la Península tomaban el camino del país germano, como el wolframio. Tras un proceso complejo y tras desestimar la fuente prevista, absolutamente extemporánea para con el lengu aje del conjunto y para con la visibilidad de la misma ante Guernica de Picasso, finalmente y contraviniendo una de las normas del comisariado del pabellón, es encargada a Alexander Calder, quien creó una pieza absolutamente icónica que pronto, por lo que tenía de hipnotizador el proceso por el que el líquido plateado iba cayendo de bandeja en bandeja, se convirtió en una de las grandes atracciones del pabellón español. Los 200 litros que viajaron de Almadén a París actúan, entonces, como episodio —digamos— contrapuesto al de Carlos I, aunque, en esencia, remiten a un mismo escenario: el del control del mercurio como estratégico aval. Asimismo, estos flujos e idas y vueltas, en tiempos distintos, revelan cómo, con el mercurio como elemento de fondo, el país estuvo en juego y cómo se basó parte de su proyección exterior.

La pintura de José Medina Galeote, que bien podría ser llamada topográfica, permite recrear numerosas cartografías en las que se realzan muchas de las poblaciones que emergen como hitos en este cruce de episodios históricos, como puertos de salida, destino y llegada. Su estética y estrategia, tan volcadas al camuflaje, adquiere en proyectos como éste un indudable sentido semántico, como suerte de juego de ocultación/revelación de microhistorias que se resignifican al ser confrontadas. Asimismo, Medina Galeote ha creado en esta ocasión un código cromático en clara alusión al color del mercurio, al tiempo que, además de introducir la figuración de una manera más rotunda que en otros proyectos, ha imprimido a su tradicional vocab ulario un dinamismo que cabe ser relacionado con el fluir del mercurio, el del propio mineral, como vemos en la fuente de Calder, como los flujos históricos que provoca su explotación, comercialización e interesado uso político.

Como en Guernica-AlexanderPlatz, y atendiendo a la propia historia del arte, el creador parafrasea varios hitos artísticos que aquí adquieren el rol de elementos protagonistas. Serían los casos de la propia fuente del pabellón español, de este edificio o de un tapiz del siglo XVI de un conjunto que narra la vida de Mercurio. Éste, además, abre un nuevo ámbito en el que visibilizar esas idas y vueltas. El tapiz, que se parafrasea pero se modifica para, aprovechando su consagración a Mercurio, introducir la figura de Carlos I, ejemplifica el comercio de la lana castellana, enviada por puertos como el de Bilbao a Flandes para su transformación en suntuosos tapices que, de vuelta en España, se incorporaban al patrimonio. Pero ése es otro flujo, otra mi crohistoria, y debe ser contada en otra ocasión.

Texto:  Juan Francisco Rueda, Comisario de la exposición.

Augsburgo-Almagro / Almadén-París. Flujos e idas y vueltas
Lugar: Galería Fúcares-Almagro, San Francisco 3, Almagro
Fecha: del 25 de junio al 15 de octubre de 2016
web: www.fucares.com

miércoles, 22 de junio de 2016

La Fundación Telefónica deposita su colección cubista en el Museo Reina Sofía para un período de cinco años renovable

El director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, y el Vicepresidente ejecutivo de Fundación Telefónica, Emilio Gilolmo, han firmado un convenio de depósito en comodato de bienes culturales a favor del Museo mediante el cual la colección cubista, uno de los núcleos de mayor relevancia de la colección de arte de Telefónica, compuesta por 33 obras, fechadas entre los años 1912 y 1933, se incorporan a la colección del Reina Sofía por un periodo de cinco años, renovable. 

Fruto de este acuerdo de colaboración se podrá ver en las salas del Museo una de las más importantes colecciones cubistas existentes en España que recorre, tanto los años centrales de este movimiento, como experiencias de décadas posteriores y ponen de manifiesto la pluralidad de las propuestas y técnicas a lo largo del tiempo. 

Las obras objeto de este depósito han formado parte de la exposición La Colección Cubista de Telefónica, que en los últimos años ha estado viajando por numerosas ciudades de dentro y fuera de España y ha alcanzado la cifra de más de 800.000 visitantes. Tras este acuerdo, son ya un total de 60 obras de indudable relevancia las que Telefónica y Fundación Telefónica dejan depositadas en el Museo ya que, fruto de un acuerdo firmado en 2002, 27 obras ya están depositadas en el Museo (obras de Chillida, Tàpies, Luis Fernández y el propio Juan Gris).

Además de por la calidad intrínseca de la selección, para el Reina Sofía es de excepcional interés la aceptación de este nuevo conjunto porque supondrá un refuerzo a su colección cubista. Esto permitirá una lectura más completa en las salas dedicadas a la ruptura cubista del espacio, o a la denominada Juan Gris. La reordenación de la mirada moderna. 

También es importante la incorporación de trabajos de artistas hasta el momento no representados en la colección, como Huidobro, Louis Marcoussis o Jean Metzinger, entre otros. Destacan por su relevancia cinco de Juan Gris, (fechados entre 1918 y 1926-27) considerado por muchos especialistas el refundador del cubismo y sin duda el representante de una nueva definición del movimiento, en la que estuvieron también implicados numerosos artistas que adoptaron el lenguaje cubista como María Blanchard , Vicente Huidobro, Albert Gleizes, Jean Metzinger o André Lhote. También hay que destacar la valiosa aportación de estas obras a la experiencia de la modernidad en Latinoamérica, uno de los núcleos clave en la colección del Museo. Sirva como ejemplo que Xul Solar incorpora junto al cubismo otras influencias o que el brasileño do Rego Monteiro, postcubista con una economía cromática y sintética, está también influido por las raíces primitivas de Brasil.

Esta selección también pone de manifiesto la influencia que Juan Gris y el movimiento cubista ejercieron en la formación de la modernidad artística española y latinoamericana (Barradas, Do Rego, Huidobro, Torres-García, Emilio Pettoruti…). Estos artistas y poetas que participaron del cubismo tuvieron un papel principal en la modernización del arte español y latinoamericano transportando y transformando el movimiento a ambos lados del Atlántico. Cabe mencionar los casos del poeta Vicente Huidobro o del pintor Joaquín Torres-García; ambos forman parte de una tradición universalista en la órbita de un clasicismo, que deriva de los postulados de Juan Gris, quién a través de su faceta teórica y literaria le lleva a ser el mentor del cubismo literario de Huidobro. El cubismo de Gris también influirá en el ultraísmo, o primera vanguardia española. Con el tiempo germinará en el universalismo constructivo de Joaquín Torres-García. Son estilos de síntesis que simplifican las formas y promueven las relaciones geométricas abstractas sobre una estructura que otorga unidad a la obra.

Pilar Albarracín en el CAC Málaga

En la decena de obras que forman parte de la exposición Ritos de fiesta y sangre de Pilar Albarracín se pueden ver esculturas, instalaciones, bordados, fotografías y vídeos. La artista invita al espectador a que se adentre en los estereotipos de la cultura española, pero desde una perspectiva diferente. Con ironía y haciendo referencia a la fiesta y el folclore, Albarracín interpreta tópicos mundialmente conocidos para hacer una crítica sobre cómo ciertos clichés perviven en el imaginario colectivo. Su trabajo no deja indiferente al espectador, ya que se encuentra ante situaciones con un poder de la imagen latente y en el que subyacen elementos descontextualizados con una fuerte carga simbólica. Actualmente, vive y trabaja entre Sevilla y Madrid.

“Mis ideas las reflejo en mi obra; existe la creencia de que como artista no te puedes equivocar, pero yo me siento libre. La espontaneidad se ha perdido mucho”, aclara Pilar Albarracín (Sevilla, 1968) cuando explica su trabajo. En Ritos de fiesta y sangre, la artista lleva a cabo un recorrido por sus trabajos realizados en los últimos 15 años. Los estereotipos y clichés andaluces son interpretados desde una perspectiva distinta, que se mueve entre la crítica y la ironía. Pilar Albarracín aborda en su obra temas como las desigualdades sociales, la identidad femenina o la violencia. Recurre a elementos conceptualmente sencillos, pero con una fuerte carga emocional, provocando diferentes sensaciones en el espectador, que no permanece indiferente ante lo que contempla en la sala expositiva.

Para Fernando Francés, director del CAC Málaga y comisario de la muestra: “Pilar Albarracín recoge estos estereotipos del pasado y los reinterpreta en el presente, pero con una advertencia: una herencia cultural llevada al límite encuentra desenlaces inesperados. En la fiesta también hay drama, en lo tradicional también se encuentra vestigios modernos de existencia. Ni una acción ni la otra son excluyentes. En los ritos mantenidos durante siglos de existencia reside la capacidad de crear, como actos que se heredan, que se repiten continuamente, que forman parte de la herencia cultural que perviven en las sociedades actuales. [...] En este axioma existe una tensión que se resuelve de forma conceptual, a través de la imagen, que tiene un papel preponderante y lo que se proyecta a través de ella tiene un alcance más allá de lo que representa. La artista escoge entre los símbolos de la cultura popular y se posiciona ante ellos, cuestionando la autenticidad que le otorga el paso del tiempo. De repente, aquello que ha sido excusa o pretexto para definir unas señas de identidad se desmorona ante los ojos del espectador, una vez que ha sido manipulado por la artista. Y, además, lo hace de una manera violenta, como si bajara el telón del teatro de golpe”.

La artista multidisciplinar trabaja con los vídeos, fotografías, instalaciones, performances, esculturas, dibujos y bordados para exponer su visión sobre asuntos que le preocupan. El uso del color, sobre todo la gama de los rojos, persigue captar la atención del espectador de la sala y provocar diferentes emociones. En la artista sevillana, los estereotipos y la imagen del vernáculo andaluz adoptan una posición diferente a la festiva, para convertirse en una forma de denunciar el reparto desigual de roles en la sociedad, bien sea por motivos de género o por otras razones, como las minorías étnicas. La artista ejerce una crítica social y cultural en las que se sirve del humor y la tragedia a partes iguales para hacer efectiva su denuncia. A lo largo de su trayectoria ha sabido reinterpretar los diferentes códigos a partir de los cuales realiza su trabajo, siempre con una visión sarcástica de la realidad. Pilar Albarracín recurre al poder de las imágenes tradicionales, transformando elementos que la convierten en símbolos actuales, como en la instalación El Toro (2015).

En Asnerías (2010) la artista emplea la carga simbólica del animal para esta instalación. Al asno se le atribuyen diferentes características, aunque siempre se le ha identificado con un animal torpe y de escasas cualidades intelectuales. La artista recrea una escena en la que un asno, sobre una montaña de libros, lee atentamente un ejemplar. De esta manera, Pilar Albarracín ridiculiza el exceso de vanidad que son característicos de ciertos ambientes artísticos, equiparando al burro con el experto en arte. En otra de sus instalaciones, el animal también es empleado para enfatizar en el cambio de roles de la sociedad actual (Pavos Reales, 2010). A través de un ave, en este caso, el pavo real, la artista visualiza la inversión de los géneros masculinos y femeninos, despojando al macho de las vistosas plumas, el elemento que más lo identifica, y vistiendo con ellas a la hembra. Por último, el mundo animal y la relación que se establece entre el hombre y la naturaleza, pero desde la sumisión de la bestia a la acción humana, se visualiza en el documental Padre Padrone (2010).

El bordado como práctica artística casi en exclusiva femenina está presente en varios trabajos de Pilar Albarracín. En la serie Paraísos Artificiales (2001) o en Guapa (2015) recurre a esta técnica con la intención de otorgarle una mayor importancia a una técnica artística ancestral ligada al universo femenino, pero, a juicio de la artista, excluida injustamente de las Bellas Artes.

La ironía que emplea en sus trabajos a veces se contrapone a la rabia, otras de las emociones que queda retratada en su obra aludiendo a tiempos pasados, pero con continuidad en el presente. Al recurrir a estos sentimientos encontrados, la artista hace una crítica de la cultura popular y la censura, que aún pervive en ciertos ambientes (Prohibido el cante, 2001-2013).

Pilar Albarracín (Sevilla, 1968) obtuvo en 1993 la Licenciatura en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla. Es una de las artistas contemporáneas más controvertidas del panorama nacional y con un gran reconocimiento internacional. En 1997 expuso por primera vez en Madrid y Sevilla, ciudades en las que actualmente vive y trabaja. A partir de entonces, su trabajo se ha podido ver en importantes exposiciones, tanto colectivas como individuales, en galerías y museos de todo el mundo, como el Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris; el Hamburger Bahnhof de Berlín; el PS1 del MoMA en Nueva York; el Istambul Modern Sanat Müzesi de Estambul; el National Center for Contemporary Arts de Moscú o el Museo Kiasma de Helsinki. También ha participado en las bienales de Venecia, Busan (Corea), Moscú, Sevilla, entre otras.

Pilar Albarracín. Ritos de fiesta y sangre
Lugar: CAC Málaga 
Dirección: Calle Alemania, S/N, 29001 Málaga
Fecha: del 17 de junio al 18 de septiembre de 2016
web: www.cacmalaga.eu

martes, 14 de junio de 2016

Picasso litógrafo y militante

La Fundación Picasso. Museo Casa Natal muestra al Picasso grabador de la mano de Miguel Orozco, autor de Picasso litógrafo y militante, el quinto volumen de la colección Ensayos, que dirige el poeta Rafael Inglada. Picasso litógrafo y militante ha sido presentado por su autor, con la presencia de la delegada de Cultura, Gemma del Corral y del director de la Agencia Pública para la gestión de la Casa Natal de Pablo Ruiz Picasso y otros equipamientos museísticos y culturales, José María Luna.

Picasso litógrafo y militante, del escritor y coleccionista Miguel Orozco, es una visión del Picasso grabador durante sus años de mayor pujanza de compromiso político. El autor ofrece, además, una amplia información de tiradas, precios y ventas de muchas de las litografías que pertenecen a la Fundación Picasso. Museo Casa Natal.

Orozco presenta con Picasso litógrafo y militante el primer catálogo razonado y comentado de las litografías del malagueño, y revela por primera vez cómo y por qué Pablo Picasso acudió en noviembre de 1945 al taller de litografía de Fernand Mourlot, iniciando así una carrera de casi mil obras catalogadas y otros cientos no recensadas. Para hacerlo, el autor ha debido saltar por encima de la voluntad del pintor, que hizo en vida todo lo que pudo por ocultar los detalles de su iniciación litográfica.

Dado que el pintor inició su obra litográfica con Mourlot un mes después de afiliarse al Partido Comunista y que buena parte de su obra tuvo una finalidad militante, el libro constituye asimismo un relato de sus relaciones con el partido y con las causas progresistas. 

El autor revela, también por primera vez, la dificultad que implicó la relación entre artista e ideología. Descubre por ejemplo que, para desembarazarse de la presión que el partido le imponía para abrazar el estilo del realismo socialista -y también para mofarse de él- Picasso creó de la nada en 1948 toda una estética basada en signos arbitrarios. El alfabeto de esa estética son las 125 litografías del libro Le Chant des Morts, una de las joyas de la colección de la Fundación Picasso de Málaga.

ENSAYOS
Ensayos es una colección dirigida por Rafael Inglada y editada por la Fundación Picasso. Museo Casa Natal y el Ayuntamiento de Málaga. Los otros cuatro volúmenes aparecidos son Pintura y creación en la cerámica de Pablo Picasso (2007), de Salvador Haro González; Procesos artísticos y obra de Picasso. Una visión desde la práctica artística (2012), volumen dirigido y coordinado por Salvador Haro González; Dibujantes con París al fondo. Picasso y las revistas ilustradas (2014), de Inocente Soto Calzado; y La certeza inmóvil. El Montmartre que vio Picasso (2014), de José Luis Rodríguez de la Flor, con la colaboración de Beatriz Trueba.

MIGUEL OROZCO
Miguel Orozco (Madrid, 1953) es politólogo y periodista. Inició su carrera en 1974 como corresponsal en África de Actualidad Política Extranjera, donde coincidió con el actual director de El País Antonio Caño o Félix Gil, entre otros. A su vuelta a España, y al tiempo que actuaba como corresponsal diplomático de publicaciones extranjeras como New African o To the point International, escribió en Triunfo, La Calle, e Historia 16. Entre 1976 y 1986 fue además analista de temas africanos del diario El País.

En 1986 se incorporó en Bruselas a la Comisión Europea, que año y medio más tarde lo envió como Agregado de Prensa y jefe de información a la embajada de la UE en Tokio, Japón, donde dirigió también su revista mensual Gekkan EC. A su vuelta a Bruselas en 1993, fundó una publicación de información internacional para los diplomáticos comunitarios, Sources Say..., que dirigió durante 19 años hasta su jubilación anticipada en 2012. 

Orozco ha coleccionado arte desde los años 80, y en los 90 centró su interés en la obra gráfica y los libros de artista de los grandes maestros del siglo XX. En su actividad como coleccionista conoci'o a los principales expertos y estableció relaciones -a menudo de amistad- con los mejores marchantes de la especialidad, como el ruso-americano Arik Verezhensky y los del entorno de la Rue de Seine de París, próxima al estudio de Picasso en el Barrio Latino, donde surgió el gremio en los años 50. Entre ellos estaban Lucien Désalmand, de la histórica Galerie Arenthon; Yves Lebouc, de la Bouquinerie de l'Institut; Noëlle Prejger de la Galerie 27 -hija del chatarrero con el que Picasso realizó sus esculturas de metal- o Anne Pfeffer de la galería Belle & Belle.

Desde su jubilación, Orozco se dedica a plasmar en libros lo que ha aprendido en las últimas décadas sobre el auge de la obra gráfica en la segunda mitad del siglo XX. El primer fruto es el actual libro sobre Picasso, y seguirá otro sobre las Constelaciones de Joan Miró.

12ª edición de Las Noches Bárbaras

El Círculo de Bellas Artes celebra la duodécima invasión bárbara de los músicos callejeros el próximo 24 de junio de 2016, a partir de las 21:00 horas. Esta veterana cita en la vida cultural madrileña es uno de los eventos musicales de referencia en la capital durante el mes de junio que, bajo el epígrafe de Las Noches Bárbaras, inició su andadura en el año 2005 para celebrar el solsticio de verano y el Día Internacional de la Música.

Sin más luz que la que les llega del cielo, del alumbrado urbano o de los escaparates de las tiendas, y sin otro escenario que el que improvisan en las aceras, esta abigarrada orquesta de músicos callejeros, heterogénea en formatos y variopinta en estilos, busca algo más que nuestras monedas: reclama nuestra atención. Atento a esa llamada, el Círculo de Bellas Artes invita cada año a toda esta troupe urbana a ocupar los diferentes escenarios montados para ellos en los espacios habituales de esta centenaria Casa Europa de la Cultura: la terraza, el vestíbulo, el Salón de Baile o la Sala de Columnas.

Desde el año 2014 Las Noches Bárbaras transcurren también al otro lado del océano. El Centro Cultural de España en Montevideo, en coordinación directa con el CBA, y siguiendo los mismos objetivos, criterios y pautas de programación al de las originales Noches Bárbaras madrileñas, realizará este año la tercera edición de Las Noches Bárbaras montevideanas.

Por otra parte, y como viene siendo habitual, el programa de actuaciones lo elaborará Carmen Vela, comisaria del evento. El logotipo y la imagen de las NN.BB. es obra del diseñador Jacobo Pérez-Enciso y el diseño de las piezas promocionales lo realiza Elena Iglesias. Asimismo, los fotógrafos del Master PHotoEspaña. Teorías y prácticas artísticas realizarán in situ el testimonio gráfico de la fiesta.

El Reina Sofía presenta un ciclo de cine sobre el documental cubano en torno a la revolución

El Museo Reina Sofía presenta el ciclo Por un cine imposible. Documental y vanguardia en Cuba (1959-1972), del 16 de junio al 9 de julio, comisariado por el historiador del cine y profesor Michael Chanan, y que está dedicado al movimiento documental cubano en torno a la revolución, un episodio de la vanguardia en América Latina habitualmente poco tratado. El programa, con formatos originales procedentes del ICAIC (Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos), se articula en diálogo con la exposición retrospectiva que el Museo dedica al artista Wifredo Lam. 

En 1959, tras el triunfo del movimiento revolucionario, la realidad cubana cambia radicalmente. Una de las consecuencias en la escena artística de la isla es el nacimiento de un nuevo cine en el que el documental juega un papel central. Apenas una década después, Julio García Espinosa, figura de referencia de la producción cinematográfica, escribe un manifiesto titulado Por un cine imperfecto. En esta reflexión sobre la práctica del cine revolucionario, sostiene que las imperfecciones de un cine de urgencia de bajo presupuesto que busca generar un diálogo público son preferibles al brillo de las grandes producciones que simplemente anulaban y cosificaban al público. Esta tesis, planteada en una de las piezas más destacadas del ciclo, Tercer mundo, tercera guerra mundial, rodada en Vietnam en 1968, queda demostrada en la corriente experimental que atraviesa a muchas otras de las películas incluidas también en el programa.
El nuevo documental que surge en Cuba en los años sesenta implica una paradoja: es el momento de la aparición de las nuevas cámaras de 16mm sincronizadas, que favorecen la estética revolucionaria del cine directo y del cinéma vérité en los países metropolitanos, pero no en Cuba, donde el nuevo instituto de cine, el ICAIC, está atascado en los 35mm. No obstante, los cineastas aprenden pronto a superar y trabajar con esas limitaciones, motivados por el contexto convulso y cambiante que les rodea. La revolución desata un frenesí de proyectos, con nuevos creadores que salen a las calles entusiasmados por narrar la actualidad, creando un terreno fértil para un género en convulsión. 

En el núcleo de este ciclo encontramos a Santiago Álvarez, conocido como el “Dziga Vertov” cubano, quien transforma rápidamente el Noticiero semanal del que estaba a cargo. En lugar de mostrar una secuencia arbitraria de elementos inconexos, los une en un discurso político, o los convierte en documentales monográficos, que luego continúa en filmes más extensos. El público acude en masa a ver su sátira política, centrada en un montaje rápido e inmediato, normalmente dirigida contra el expansionismo norteamericano, precisamente en un momento en el que el documental parece desaparecer de las pantallas de cine metropolitanas. Álvarez también hace de estos noticiarios una escuela para cineastas jóvenes, con la que les enseña a crear películas de manera veloz y barata, aprovechando los materiales que hubiese a mano. Rápidamente el recurso del metraje encontrado se hace popular entre los documentalistas.

Como contrapunto a este cine, el programa incluye una selección de filmes realizados en Cuba por cineastas extranjeros llegados durante los primeros años de la revolución. Casos como el de Joris Ivens, que acepta entusiasmado una invitación del ICAIC para rodar dos películas, y otros, como Chris Marker y Agnès Varda, que ruedan por decisión propia testimonios puntuales de solidaridad. Con todo ello, se busca presentar un movimiento ignorado en las historias de la vanguardia, pero clave en la transformación crítica del documental.

Ciclo dedicado a la memoria de Julio García Espinosa (1926-2016).

viernes, 10 de junio de 2016

Ut Pictura Musica. Música para El Bosco

Con motivo y como complemento a la magna exposición “El Bosco. La exposición del V centenario”, el Museo del Prado ha organizado un concierto extraordinario que tendrá lugar los días 25 y 26 de junio a las 19.00h. en el Claustro de los Jerónimos. 

Ut Pictura Musica es el lema utilizado desde comienzos del Renacimiento y durante los siglos posteriores tanto por pintores como por músicos y representa de manera explícita el carácter interdisciplinario que gobernaba el pensamiento artístico del Humanismo. En el caso de El Bosco hay una idea bastante precisa sobre el tipo de música que contribuyó a enriquecer la inspiración del pintor. El famoso compositor Pierre de la Rue aparece documentado a partir de 1489 como cantante en la ciudad natal de El Bosco, Bolduque (Den Bosch, Holanda), siendo pagado por la Ilustre Hermandad de Nuestra Señora, de la que precisamente el Bosco era miembro desde 1486. La Hermandad de Nuestra Señora era una cofradía laica de gran prestigio e influencia que se dedicaba al culto de la Virgen María y a obras de caridad. Pero además, la hermandad también estaba involucraba en representaciones sacras, en las que la música asumía un rol protagonista. La vinculación del Bosco con esta confraternidad y la organización de sus aspectos artístico-musicales está lejos de haber sido meramente anecdótica; el pintor llegó incluso a presidir el banquete anual de la hermandad. 

El grupo Tasto Solo pondrá en escena una selección de las joyas más refinadas del repertorio musical que el Bosco pudo haber escuchado en las veladas organizadas por su cofradía, con una original y colorida combinación de instrumentos históricos. Y además de la música de Pierre de la Rue, el programa incluirá piezas de otros notables compositores estrictamente contemporáneos a El Bosco. El resto piezas que se presentan en este programa proceden del manuscrito 228 de la Biblioteca Real de Bruselas, un bellísimo códice iluminado también llamado “Cancionero de Margarita de Austria”, en honor a la reina que lo encargó y poseyó. 

Las piezas de José María Sánchez-Verdú vinculadas a El Bosco son partes constitutivas de un proyecto en torno a El jardín de las Delicias que este compositor llevó a cabo entre 2014 y 2015 gracias a las Ayudas Fundación BBVA a Investigadores y Creadores Culturales. En este concierto se realizará el estreno mundial de varias de las piezas de este amplio ciclo, una recreación interdisciplinar de la obra de El Bosco en un ámbito pluridimensional en el que el público asistente dialoga con el espacio, el sonido, la luz y con la idea del jardín.

lunes, 6 de junio de 2016

El Museo de Arte Abstracto Español celebra 50 años con la ampliación de espacios

La remodelación del Museo de Arte Abstracto Español ubicado en las Casas Colgadas de Cuenca respeta la idea original de su creador, Fernando Zóbel, y además devuelve casi todos los espacios originarios a los usos que tenían durante los primeros años de funcionamiento. 

Las obras, que rondan el millón de euros, han sido íntegramente costeadas por la Fundación Juan March, que gestiona este espacio desde 1981. Los trabajos han consistido en la reordenación de espacios, así como su modernización, también de los servicios y funciones esenciales. Se ha incorporado al museo una nueva sala de unos 65 metros cuadrados que pertenece a una parte del edificio del Mesón Casas Colgadas, que ha sido cedido por el Ayuntamiento de Cuenca. El resto del edificio seguirá dedicándose a una zona de restauración. 

Según ha explicado en la presentación el director de la Fundación, Javier Gomá, gracias a través de esta remodelación “las conexiones existentes entre las distintas plantas y edificios se han modificado sutilmente para mejorar la accesibilidad, los recorridos y la funcionalidad museística”. 

Con la incorporación de esta nueva sala al Museo de Arte Abstracto Español se han sumado ya a los fondos expuestos obra mayor de artistas insertos en la tradición abstracta española, “cuyo espíritu da identidad a este espacio”. Entre ellos, hay pinturas y esculturas de Elena Asins, Eduardo Chillida, Jorge Oteiza, José Guerrero, Josep Guinovart, José María de Labra, Gustavo Torner, Soledad Sevilla, Susana Solano, Gerardo Rueda y el propio Zóbel.

Al acto de presentación han asistido el director de la Fundación Juan Marcha, Javier Gomá; el director de exposiciones de la fundación, Manuel Fontán; el alcalde de Cuenca, Ángel Mariscal; el presidente de la Diputación, Benjamín Prieto y el delegado de la Junta en Cuenca, Ángel Tomás Godoy, además de numerosas personalidades de la cultura. 

Reordenación “inteligente”
Algunos de los cambios ya apreciables en el Museo son esta incorporación de una nueva sala, que además se ha acondicionado técnicamente para tener una iluminación, humedad relativa y temperatura adecuadas. Este lugar se destinará a exposiciones temporales.

Además, se ha convertido la hasta ahora sala de exposiciones temporales en un espacio multiuosos, para ello se ha recuperado también sus vanos a la luz natural de la Hoz del Huécar. Se trata de un pequeño auditorio donde se podrán hacer conferencias y charlas, además de presentaciones y cursos, entre otros, y en el que también habrá una biblioteca y el archivo del centro de documentación del Museo.

La entrada principal ha cambiado y hay otra que da acceso directo a la sala multiusos y al taller del programa educativo. También se ha mejorado la librería-tienda y se han modernizado los aseos.

50 años de Museo
Este emblemático museo se creó en 1996 por Zóbel con la ayuda y colaboración de sus amigos y artistas Gerardo Rueda y Gustavo Torner. En 2016 cumple 50 años y además de los trabajos de remodelación y ampliación, desde inicios de este año de esta efeméride la entrada es gratuita para todo el mundo. 

La Fundación Juan March se encarga de este museo desde 1981, año en que aceptó la donación de Zóbel de la Colección. 

El Año C
La remodelación del Museo de Arte Abstracto Español es uno de los actos con los que Cuenca festeja que, en 1996, la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) inscribió como Patrimonio del Mundo su ciudad histórica amurallada, las Hoces de los ríos Júcar y Huécar que la circundan y los arrabales de San Antón, Tiradores y El Castillo. La efeméride se está celebrando con un amplio y exclusivo programa de actividades musicales, literarias, artísticas, naturales y deportivas. 

La conmemoración coincide además con otros importantes aniversarios para la ciudad como el medio siglo de la apertura del Museo de Arte Abstracto Español de las Casas Colgadas, el IV Centenario de su procesión Camino del Calvario y los 30 años del nacimiento de su Facultad de Bellas Artes, entre otros. Una suma de acontecimientos que convierten este 2016 en un año muy especial para la urbe conquense. En el Año de Cuenca, “el Año C”, según se ha bautizado. 

XX Aniversario de la Declaración como Ciudad Patrimonio 
El XX Aniversario de la Declaración de Cuenca como Patrimonio de la Humanidad es un acontecimiento reconocido como de excepcional interés público. Está financiado institucionalmente por el Consorcio de la Ciudad de Cuenca, el Gobierno de España (Ministerios de Cultura y de Hacienda), la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, el Ayuntamiento de Cuenca, la Diputación Provincial de Cuenca y la Fundación de Cultura Ciudad de Cuenca. Ésta última es la encomendada para gestionar el programa de actos. Tiene como patrocinador principal a Globalcaja y como patrocinadores a Urbaser y Valcan. Las empresas Gráficas Cuenca y Netvoluciona son colaboradoras del proyecto.