Foto: Gonzalo Arroyo, El Mundo. |
Gracias a este generoso gesto de la que hoy está considerada
una de las galeristas españolas de proyección internacional más importantes,
Soledad Lorenzo, el Museo Reina Sofía recibirá próximamente un depósito de gran
parte de las obras por ella conservadas. Son 385 trabajos de 90 artistas,
la mayoría españoles, en todos los formatos; aunque predomina la pintura, hay
escultura, fotografía, obra gráfica, instalaciones, o audiovisuales. Este
depósito, que tendrá una duración de 5 años, prorrogables, se realiza con
promesa de legado por parte de la galerista, es decir la depositante realizará
las gestiones necesarias para disponer, por vía testamentaria, el futuro legado
de las obras objeto del contrato a favor del Museo Reina.
En la actualidad no existe en España precedente alguno de un
depósito con promesa de legado con estas características, tanto en lo que se
refiere al número de obras, como por la calidad de las mismas y la importancia
de los autores. Más de un año de trabajo y negociaciones entre la galeristas y
los representantes del Museo han sido necesarios para culminar el proceso. El
conjunto ofertado es un exponente del papel protagonista desempeñado por una
galería de arte en nuestro país a partir de los años 80 del pasado siglo, unos
años en los que el arte español estaba pendiente de hacer pública una
renovación.
Entre los artistas más representados en este importante
depósito figuran Juan Uslé, de quien se reciben 31 obras; Pablo
Palazuelo, 23; George Condo, 22; Adrià Julia, 19; Sergio Prego, 17;
Txomin Badiola, 15; Pérez Villalta, 14; José Manuel Broto, 14; José María
Sicilia, 14; Miquel Barceló, 11; Pello Irazu, 11; o Victoria Civera 8; así
como artistas de la talla de Antoni Tàpíes, de quien una obra fundamental pasa
también a engrosar los fondos del Museo, Gordillo, José Guerrero o Soledad
Sevilla.
La nómina de autores corresponde a diferentes generaciones.
Desde Palazuelo y Tàpies, a otros mucho más jóvenes, como Jerónimo Elespe,
Philipp Fröhlich o Adriana Varejâo. En este sentido, la práctica artística del
siglo XXI, hasta la fecha escasamente representada en la colección del Museo,
ocupa un lugar muy importante en el depósito; por ejemplo de Adriá Juliá se van
a recibir 19 obras. Hay que mencionar también la entrada de artistas con poca
obra en el Museo hasta la fecha, como Civera, Uslé, Eric Fischl, David
Salle, o Philip Fröhlich. De otros se va a completar de manera importante
su representación; es el caso de Pello Irazu, Txomin Badiola o Gordillo. Asimismo
hay que referirse a aquellos otros que están fuera de la línea tradicional, son
menos conocidos, pero de un alto valor para el Museo: Jürgen Klauke, George
Condo o Robert Longo.
La Colección del Museo Reina Sofía se va forjando a través
de distintas vías: Por una parte, es conocida la apuesta de la institución por
apoyar las producciones de obra nueva, algo en lo que se lleva trabajando
varios años y ha dado excelentes frutos (programa Fisuras, producción de obra
en exposiciones,…). Por otro lado, el Museo realiza periódicamente
compras, con dinero público, para conseguir obra de artistas y
movimientos que son necesarios para rellenar algunas lagunas imprescindibles y
completar el discurso de la Colección. Asimismo –y es evidente que se ha
incrementado notablemente en los últimos años- se utiliza la figura del
depósito y la donación, a través de las que se está involucrando a
coleccionistas de diversas partes del mundo, con el objeto de obtener esas
obras que, o bien ya no están disponibles en el mercado o no son asequibles para
el Museo; es el caso Colección Cisneros, Onnasch.
Fuente: Gabinete de Prensa Museo Reina Sofía.
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